Entrevista AGUA

Publicado el 7 septiembre, 2018 | por editor

“Como país no nos hemos hecho cargo del problema de escasez de agua que existe”

Felipe Martin, gerente general de MÁS Recursos Naturales y presidente de la Asociación Gremial de Riego y Drenaje, Agryd analiza el actual escenario hídrico que enfrenta Chile.

El ingeniero agrónomo y experto en recursos hídricos sostiene que si bien a nivel macro no se está frente a una emergencia hídrica, sí debiera existir una preocupación permanente frente al tema.

“Chile lamentablemente se ha dado un recreo demasiado largo, de 40 años, lo que nos puede llevar a que en un futuro próximo tengamos emergencias no sólo en una cuenca, o en dos o tres, sino en gran parte del territorio chileno”, recalca.

-¿Cómo describe el actual escenario hídrico macro de Chile?

– Con más de mil 200 ríos, cerca de 13 mil lagos y lagunas, y unos 24 mil glaciares repartidos desde Arica a la Antártica, Chile destaca como poseedor de la tercera reserva de agua dulce del mundo, posicionándonos como una nación con un gran potencial hídrico. A ello se suma que Latinoamérica es el continente con la disponibilidad de agua más alta del mundo.

Ya más en detalle, en la actualidad el escenario hídrico de Chile está dividido por macrozonas, donde en el norte estamos viviendo un déficit hídrico estructural, con una demanda mayor a la oferta, con una enorme inseguridad económica del recurso, para lo cual es prioritario balancear de mejor manera el uso y control del agua. En el centro existe un déficit en menor medida, sin embargo éste va en crecida tras el aumento de las temperaturas, una disminución notoria de las precipitaciones, y una menor acumulación de nieve en la Cordillera, es decir nuestro embalse natural principal. Hacia el sur se aprecian algunos sectores con déficit, sin embargo son casos muy puntuales, donde lo predominante en dicha zona es un balance hídrico positivo.

En conclusión, Chile posee una gran disponibilidad de agua, la cual se presenta de una forma irregular a lo largo de Chile, sin embargo las zonas que presentan déficit son una clara señal y evidencia de que necesitamos aprender a administrar el recurso de mejor manera, aplicar cambios culturales, generando medidas de acumulación y distribución de agua, lo que además nos permitirá alcanzar el desafío de Chile de ser una potencia agroalimentaria.

- Algunos expertos internacionales sostienen que estamos viviendo una emergencia hídrica y que no la estamos enfrentando adecuadamente, evitando que en un futuro el sistema colapse. ¿No lo compartes?

– Si bien no comparto que estemos en una emergencia hídrica, creo que como país no nos hemos hecho cargo del problema de escasez que existe en Chile, donde debiera existir una preocupación permanente frente al tema, ya que Chile lamentablemente se ha dado un recreo demasiado largo, de 40 años, lo que nos puede llevar a que en un futuro próximo tengamos emergencias no sólo en una cuenca, o en dos o tres, sino en gran parte del territorio chileno. Este tema lamentablemente no se ha abordado con prioridad a nivel gubernamental ni privado, donde la única forma de tomarlo en serio es actuando y mediante la inversión.

MANEJO EFICIENTE DEL AGUA

- ¿Es decir hay agua? ¿Cuáles son las medidas que debemos comenzar a desarrollar?

- Hay agua, pero es un recurso que debemos empezar a cuidar mucho más, aplicando importantes cambios e implementando soluciones que permitan asegurar el suministro para la población y las actividades productivas. Algunos de estos cambios son administrar el agua de mejor manera -generando una cultura del agua, con mayor control y eficiencia en el uso del recurso-, generar conectividad, aplicar tecnología, agilizar la construcción de infraestructura hídrica -donde tenemos un déficit muy fuerte que limita toda la gestión del recurso-, y velar por una correcta planificación territorial, junto con empoderar a las organizaciones de usuarios.

La correcta gestión de los recursos hídricos es vital para el consumo humano, pero además para cumplir con nuestros objetivos a nivel país, ya que si bien en la actualidad tenemos una agricultura bastante sustentable y somos referentes a nivel mundial, sin embargo ahora necesitamos mejorar el uso y gestión del agua, para cumplir con nuestro objetivo de ser una potencia agroalimentaria a nivel mundial, lo cual repercute directamente en el desarrollo económico de Chile. Si queremos ser un país desarrollado, debemos aumentar la cantidad de estructuras de acumulación y distribución de agua, junto con implementar sistemas de monitoreo a distancia.

- ¿No poseemos una cultura del agua?

– El desarrollar una cultura del agua, es una de las formas en que podemos y debemos ir avanzando. Para ello es muy importante valorar el agua, donde la educación y la regulación juegan un rol fundamental para inculcar y supervisar los usos del agua, conociendo qué se puede plantar y cultivar y qué no, optimizando nuestro riego mediante tecnologías y/o que no sea en las horas de más calor. Un ejemplo concreto es Ciudad del Cabo, una ciudad que estuvo pronta a agotar sus reservas de agua y que, gracias a que reaccionaron, disminuyendo el consumo, lograron extender el llamado día cero. Sin embargo las medidas fueron tardías y no hay que esperar a llegar a ese escenario, ni en Ciudad del Cabo, ni en laguna de Aculeo, Petorca u otro lado.

- En cuanto a tecnologías para el uso eficiente del agua, ¿Nos falta aplicar más inteligencia y aprovechar mejor los recursos existentes a nivel internacional?

– Tecnologías para el uso eficiente del agua nos faltan en varias áreas; mediante por ejemplo sistemas de infiltración durante los periodos de invierno, donde el agua que corre por los ríos podría ser utilizada ni acumulada tanto en embalses como en sistemas de acumulación artificial bajo tierra. Esto no se ha logrado incorporar en Chile, convirtiéndose en la principal deuda que tenemos como país, con una tecnología que en otros países es ampliamente utilizada para solucionar grandes problemas.

A lo anterior debemos sumar riego tecnificado, aprovechamiento eficiente de lo recursos acuíferos, diseñado para saber cuándo, cuánto y cómo regar, como es el caso del riego por goteo, el cual permite un ahorro de hasta un 90 por ciento, y la implementación en todas las cuencas sistemas de telemetría y telecontrol que ayuden a las organizaciones a tomar decisiones con información confiable en el minuto.

Un ejemplo de esto, corresponde a que en la actualidad Chile posee del orden de un millón 200 mil hectáreas regadas, de las cuales sólo el 45% de esa superficie es tecnificada, alcanzando una eficiencia entre un 80 a un 90%, versus la superficie no tecnificada con una eficiencia menor a un 20%, lo que conlleva a una pérdida de recursos muy fuerte y que no aprovechemos políticas públicas gubernamentales que modernicen el área.

¿Por qué llegamos a estar al debe en cuanto a tecnología se trata? ¿Es un tema de disponibilidad de recursos o de poseer una mirada pública-privada más estratégica y a largo plazo?

– Hoy en día se requieren mejores políticas de coordinación interministerial que no limiten la ejecución gubernamental, donde además los bajos conocimientos a nivel gubernamental sobre el desarrollo de este tipo de tecnologías e infraestructura a nivel país, influyen en que no se avance correctamente, limitando que exista más apoyo y una mayor inversión privada y que finalmente el país se encuentre limitado en cuanto a plazos y sus respectivos avances.

- Con respecto a la licitación y construcción de infraestructura hídrica, ¿Estamos avanzando correctamente?

– Chile está avanzando en sistemas de embalses, sin embargo debiéramos ir avanzando más rápido, resulta imprescindible que Chile tenga la infraestructura necesaria para acumular agua, y recuperar la capacidad de reservar agua para los meses de menor precipitación.

Lamentablemente esta es infraestructura de alto costo, donde su construcción compite con una carretera o un hospital, por lo mismo un embalse que se demora 16 a 20 años en construirse, y que no da resultados hasta que se encuentre funcionando, hace aún más difícil la decisión de construcción por parte de autoridades, siendo inversiones difíciles de desarrollar.

CARRETERA HÍDRICA

-¿Chile necesita una carretera hídrica?

- Todos los países deben tener conectividad tanto en telecomunicaciones, transporte, energía, como también conectividad hidráulica, sin embargo este es un plan estratégico que requiere inversiones elevadas con diversas tecnologías que se deben sumar para lograr tener al país conectado. Para lograr esta conectividad es necesario incluir embalses conectados, sistemas de desalinización y sistemas de infiltración, los que estén disponibles para transportar recursos de norte a sur o sur a norte, dependiendo en qué zona se presenten los problemas, como ha sido un año con la Región Metropolitana o al otro año en la Región de Coquimbo, para lo cual debemos estar preparados como país.

El objetivo es poder reaccionar ante las necesidades que se presentan en el país, pero debe ser complementario a la reducción y eficiencia en el consumo del agua, en el cual podemos avanzar como sociedad tanto a nivel individual como industrial.

- ¿La desalación es una alternativa válida en nuestro país?

– La desalación es una alternativa muy válida, utilizada actualmente por algunas compañías mineras y que, debiéramos tener a lo largo de todo Chile, siendo una real alternativa para la agricultura y otras industrias. Si bien posee un costo de operación más elevado en comparación a otras tecnologías, si la aplicamos junto a energías renovables no convencionales desde el principio de la inversión, ésta puede ser bastante atractiva en cuanto a lo económico. Hoy se prevé que gracias a las mejoras tecnológicas y bajas en los costos de la energía y de la inversión de este tipo de sistemas, estos valores se puedan reducir a la mitad en los próximos 20 años. Debemos pensar no sólo en conectar el país, sino también en desalar en aquellos sectores donde se puede realizar sin afectar al medioambiente.

- ¿Chile carece de una adecuada planificación territorial?

– Definitivamente falta y debe existir una mejor planificación territorial que permita definir el tipo de cultivo adecuado para el agua disponible en cada cuenca, es decir no asignando usos de la tierra a cultivos de altísima demanda hídrica en zonas donde el agua escasea, ignorando la disponibilidad de los recursos hídricos. En sectores como Petorca tenían 16 mil hectáreas de paltas y ahora debe haber aproximadamente la mitad.

El evitar que existieran esas plantaciones y la entrega de derechos de agua a esa cantidad de hectáreas podría haber solucionado gran parte de los problemas que provocaron pérdidas de inversiones tanto públicas como privadas muy fuertes en el país. Sumado a eso una desorganización tremenda que ha llevado a que se echen la culpa diferentes industrias respecto al mal uso del agua cuando es falta de planificación y descuido de la supervisión de parte de la Dirección General de Aguas en el uso de los recursos.

En Aculeo pasa exactamente lo mismo. Cómo una laguna que está destinada para diferentes usos, entre ellos el turismo, no tiene sus derechos de agua inscritos y regularizados, preocupándose de que exista sustentabilidad. Estos son temas que han provocado que existan diferencias artificiales de fondo y forma provenientes de distintas organizaciones, generando una desprolijidad, sin embargo estos son problemas que ocurren en sectores puntuales de Chile, que erróneamente se han generalizado a lo largo del país.

- Finalmente, ¿Falta potenciar el rol de las Juntas de Vigilancia y de las Organizaciones de usuarios?

– Definitivamente. Faltan más Organizaciones de Usuarios y Juntas de Vigilancia bien constituidas, regularizadas y que tengan un rol coordinador fuerte. Debemos empoderarlas para que administren el recurso hídrico de la forma más profesional posible. Falta eficientar y acumular los recursos, además de distribuirlos de buena manera, con alcance para todos los usuarios no sólo para una parte y justamente con los sectores con falta de planificación son los más débiles en cuanto a organización. Para esto se debe apoyar a las organizaciones de usuarios a constituirse legalmente, regularizar sus derechos y transferir capacidades, ya que son las organizaciones y los usuarios los reales llamados al uso eficiente del agua.

 


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