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Publicado el 10 julio, 2015 | por editor

“Nos centraremos en el uso eficiente de los recursos hídricos y genéticos”

Julio Kalazich Barassi tiene una larga trayectoria en la investigación y el fitomejoramiento agrícola chileno. Es ingeniero agrónomo de la Universidad Austral de Chile y Doctor en Mejoramiento Genético de Plantas de la Universidad de Cornell, de Estados Unidos.
Ingresó al Instituto de Investigaciones Agropecuarias (Inia) en 1977 y por más de 35 años ha liderado el Programa de Mejoramiento Genético de Papa de esta institución, que a la fecha ha generado 9 variedades chilenas, como Karu-INIA, Pukará-INIA y Yagana-INIA, que actualmente ocupan más del 50 por ciento del mercado nacional.
Esta experiencia lo ha hecho colaborar con instituciones de Estados Unidos, Italia, Brasil, China, Holanda, Argentina, Uruguay, Panamá y Perú, mediante convenios con diversas universidades y centros de investigación internacionales, siendo además asesor de la Fundación McKnight de Estados Unidos, que apoya a comunidades rurales en África y Sudamérica andina.
Hoy, lleva un año y medio al mando de Inia como su director. Y destaca que el nuevo rumbo institucional está marcado por el cambio climático, el mejor aprovechamiento del agua y los recursos genéticos del país, con miras hacia una agricultura sustentable y la generación de alimentos saludables.
De ese modo, dice a Campo Sureño, están potenciando de manera importante la vinculación como un vehículo para lograr resultados en el ámbito de la investigación.

-¿Cuál es el balance hace de su gestión a un año y medio de llegar al cargo?
-En estos meses hemos trabajado muy fuerte para vincularnos con los principales actores de todas las cadenas agroalimentarias del país, con las autoridades, los gremios, las industrias, las organizaciones de pequeños productores, los representantes de pueblos originarios, además de instituciones nacionales y extranjeras ligadas a la investigación científica, transferencia tecnológica y extensión, para generar lazos de unión, fijarnos metas conjuntas y apoyar el desarrollo del agro de manera sustentable e inclusiva.

-¿Dónde están los énfasis que quiere marcar de cara al futuro?
-A pesar de los avances, ya que muchos recordarán que antes en esta zona no se fertilizaba las praderas, ni se conservaba forraje para el invierno, y los rendimientos de los cultivos como el trigo y la papa eran bajísimos, el agro de todo el país, enfrenta nuevos desafíos como el cambio climático y el déficit hídrico, que han generado grandes pérdidas a los productores. Por eso, nuestro accionar en los próximo años, no sólo se seguirá centrando en aumentar la productividad y rentabilidad de los sistemas productivos agropecuarios, sino que nos centraremos en el uso eficiente de los recursos hídricos y los recursos genéticos, así como los insumos, fertilizantes, agroquímicos y pesticidas para lograr una agricultura más verde y sustentable y contribuir así a la producción de alimentos saludables, sanos e inocuos, bajo un esquema de sostenibilidad.
-Desde esa perspectiva, ¿qué están haciendo en temas de cambio climático y recursos hídricos?
-Nuestros investigadores se encuentran desarrollando iniciativas que permitan generar estrategias de mitigación para el cambio climático, promoviendo prácticas de manejo para enfrentar de mejor forma la situación actual y futura y, entre otras medidas, generar variedades que se adapten mejor a las nuevas condiciones agroclimáticas, poniendo también un especial énfasis en la difusión y transferencia de estos conocimientos al campo.
Entre las iniciativas ligadas al cambio climático, Kalazich cuenta que han trabajado en el desarrollo de variedades forrajeras que se adapten al déficit hídrico y altas temperaturas y ha promovido el uso de cultivos suplementarios de verano en producción de leche y carne.
En tanto, en cultivos anuales se han evaluado más de 500 líneas experimentales y variedades de papa y trigo, entre las cuales hay varios genotipos que fueron identificados como tolerantes a la sequía, de donde se podrán generar variedades nuevas adaptadas al cambio climático, como ya lo son variedades como Karú-INIA, la papa más vendida en Chile actualmente, que se caracteriza por su resistencia al déficit hídrico.
Adicionalmente, comenta que la institución es líder a nivel latinoamericano en investigación de gases invernadero derivados de la ganadería que aportan al calentamiento global.
Y en relación al manejo del agua, están desarrollando más de 20 proyectos para aprovechar de mejor manera los recursos hídricos disponibles para la producción agroalimentaria. “Estos proyectos abordan desde la cosecha de agua lluvia, con más de 600 unidades en todo el país; el bombardeo de nubes que se usó como alternativa y el uso de sensores para medir la humedad del suelo para hacer más eficiente el riego, entre otras herramientas tecnológicas desarrolladas por el instituto”, sostiene.
-La agricultura sustentable y los alimentos saludables son dos temas que usted incluyo en sus prioridades ¿Cómo se está trabajando en estas áreas?
-En efecto, otra de las preocupaciones presentes y futuras del instituto es hacer más eficiente el uso de fertilizantes, para lo cual está desarrollando una serie de trabajos de investigación para determinar las dosis exactas de fertilizantes que requieren los distintos cultivos, dependiendo del tipo de suelo, sus características y el rendimiento que los agricultores desean obtener, para así evitar pérdidas, gastos innecesarios y potenciales daños en el medioambiente. Lo mismo ocurre con el uso de agroquímicos y pesticidas, para lo cual ha generado, entre otras iniciativas, sistemas de alerta temprana para el control de enfermedades que permiten reducir el número de aplicaciones de productos químicos, al utilizarlos sólo cuando se requiere. Otra área de desarrollo relacionada a esto es el control biológico de enfermedades y plagas y el uso de microorganismos.
En cuanto a la producción de alimentos saludables destacan nuevos proyectos como el primer vino sin alcohol de Chile, el rescate del tomate limachino, los trabajos en berries como murtilla y calafate, que son altos en antioxidantes, leches diferenciadas y carnes con menos grasa, más ácidos linoleicos conjugados (CLA) y mejor relación omega 3-omega 6 que son beneficiosos para la salud, entre muchos otros.
-Uno de los temas clave es el acceso a la tecnología. Usted ha dicho que el INIA busca un desarrollo más inclusivo y sustentable del agro. ¿Qué está haciendo en ese sentido?
-Estamos apoyando en forma especial a la pequeña y mediana agricultura y hemos puesto en marcha un fuerte trabajo de transferencia tecnológica, mediante la creación de nuevos grupos GTT y 11 programas territoriales a lo largo del país, además de todas las actividades de investigación y desarrollo que contemplan los más de 300 proyectos que estamos ejecutando.


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