Reportajes innovación

Publicado el 17 agosto, 2015 | por editor

Tres proyectos de innovación para la pequeña agricultura

La Quinoa (Chenopodium quinoa Willd),aún se encuentra en la categoría de las “especies olvidadas y subutilizadas” en Chile y el mundo, pese a su alto valor nutricional. Posee los aminoácidos esenciales para el organismo, tiene un alto contenido proteíco y aporta una amplia gama de vitáminas.

Esta semilla, con un alto potencial para reducir el hambre en el planeta y cultivada ancestralmente por los pueblos originarios en la zona andina, durante los últimos años ha ido aumentando su protagonismo. Su demanda ha presentado un acelerado crecimiento en nichos gourmet y alimentos saludables.

En este auspicioso escenario, Inia Carillanca, apuesta a la innovación. Con apoyo de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) desarrollará el proyecto “Tecnologías para potenciar el cultivo de quínoa, como opción productiva para la Agricultura Familiar Campesina (AFC) en la zona centro-sur de Chile.

El doctor Jorge Díaz, quien está a cargo de esta iniciativa que compromete las comunas de Vilcún y Carahue en La Araucanía, afirma que los esfuerzos apuntan a identificar germoplasma de quínoa con características agronómicas y funcionales sobresalientes en términos de rendimiento y calidad.

La idea es definir tecnologías de manejo agronómico integrado que permitan el desarrollo del cultivo en el centro-sur de Chile, además de desarrollar prototipos industriales en base a este producto, que puedan ser escalados por actores AFC en el mediano plazo, como también transferir y difundir los resultados obtenidos a productores, asesores y empresas del centro-sur de Chile.

“Desde La Araucanía se espera aumentar la superficie sembrada, el rendimiento del cultivo y la oferta de nuevos productos procesados, generando un impulso a la AFC dedicada a la producción de quínoa.

Díaz puntualizó que en esta iniciativa “participan la Universidad de La Frontera; Agroforestal La Esperanza Ltda.; las comunidades indígenas Domingo Canio N°2, Antonio Paine 1, Antonio Paine Nº 2 y Domingo Caniu 1; la Municipalidad de Vilcún; Indap y SAG”.

Avellano europeo

Un segundo proyecto de Inia, que también cuenta con el apoyo de FIA y cuyo fuerte también es la innovación, es el que desarrolla el doctor Miguel Ellena. El investigador trabajará en la “generación de ventajas competitivas para los productores de avellano europeo (Corylus avellana L.), a través de la obtención de prototipos varietales que produzcan frutos de mayor calibre y rendimiento industrial.

La demanda mundial por este fruto ha crecido y Chile ha respondido muy bien a este desafío, aumentando la superficie y la producción. Sin embargo, existe la oportunidad de lograr un liderazgo nivel internacional mediante la creación de variedades propias tanto para el mercado con cáscara como para la industria de transformación.

Según explicó Ellena la obtención de prototipos varietales de avellano europeo será a partir de la selección clonal del germoplasma presente en el territorio nacional. En este proyecto también se trabajará en el desarrollo de una estrategia de multiplicación para el escalamiento comercial de los prototipos, como también la difusión y transferencia de tecnologías desarrolladas para las empresas asociadas y productores chilenos.

“Esperamos poner a disposición de los agricultores las herramientas tecnológicas necesarias para suplir las brechas existentes y lograr la consolidación del rubro en el centro sur y sur de Chile. Para lograr el cometido, la propuesta se llevará a cabo en las comunas de Collipulli, Ercilla, Vilcún, Cunco, Freire, Pitrufquén, Gorbea y Loncoche, con el apoyo de nuestros socios Asociación Regional Mapuche Folilko, Avellanas del Sur S.A. e Indap”, dijo Ellena.

lupino amargo

Finalmente, en un tercer proyecto, el cultivo estrella será el lupino amargo. Alrededor de 10 mil hectáreas han sido destinadas a este cultivo en Chile, el 100% emplazadas en La Araucanía.

Este rubro está casi enteramente en manos de la AFC y, actualmente, el grano producido debe ser exportado, ya que no tiene mercado interno. El precio depende de su calibre, los calibres mayores se van a Europa donde se transforman para el consumo humano. El grano que no cumple con este requisito se exportan a países árabes, a un precio inferior.

Una fracción del lupino amargo producido en la Región no se puede exportar y otro porcentaje podría tener un mejor precio si tuviese un mejor calibre. Es aquí donde la iniciativa liderada por por el doctor Mario Mera quiere aportar.

Uno de los objetivos es aumentar la disponibilidad de material genético mejorado, a partir del cual se pueden inscribir nuevas variedades de lupino amargo para la AFC del sur de Chile.

Se ejecutará en las comunas de Vilcún y Nueva Imperial, extendiéndose hasta el año 2019. Los asociados son la Cooperativa Campesina Boroa Ltda.; la Cooperativa Agroimperial e Indap; y propone la participación de los agricultores en el proceso de selección de líneas en sus terrenos, de manera que se sientan identificados con la eventual variedad y empoderados de la misma.

“Una nueva variedad de mayor calibre, con mejor comercialización, permitirá lograr mayores ingresos a unas 5 mil familias de la AFC, la mayoría mapuche, por el aumento de proporción de grano exportable. Paralelamente se buscará reducir el desganche basal de plantas y disminuir la resistencia a antracnosis. Además, en rendimiento se espera que la nueva variedad mantenga el alto potencial que tiene la variedad Boroa Inia, considerablemente superior al lupino amargo común”, acotó Mera.

APORTE

Sobre este trabajo y su aporte a la Agricultura Familiar Campesina, Iván Matus, subdirector Nacional de Investigación y Desarrollo de Inia es claro.

“Somos una institución que genera tecnologías. Trabajamos con lineamientos estratégicos claros, orientados al cambio climático, recursos hídricos, recursos genéticos, agricultura verde, sustentable y eco-eficiente, alimentos saludables y transferencia tecnológica. En este sentido y considerando tan importantes proyectos, nos comprometemos a seguir trabajando y aportando a la modernización del sector agroalimentario chileno, con un acento fuerte en la Agricultura Familiar Campesina”, afirmó.

Este año 2015, según señaló Matus, Inia ha definido el año de la Transferencia tecnológica y en este escenario “se ejecutarán muchos proyectos que permitirán aportar a mejorar las condiciones de los pequeños productores, estrechar las brechas de desigualdad en el campo y promover un desarrollo inclusivo en el sector productivo en distintas zonas del país”.

Por su parte, el director ejecutivo de FIA, Héctor Echeverría, valoró los proyectos, ya que se enmarcan en el trabajo de rescate y valorización del patrimonio agroalimentario de Chile. “El avellano europeo es un cultivo que ha crecido mucho en la región y hoy tenemos la oportunidad de generar nuevas variedades que respondan a los requerimientos internacionales e incrementar las posibilidades de exportación. En cuanto al lupino amargo, La Araucanía posee aptitudes únicas para su producción, donde no sólo los grandes agricultores pueden cultivarlo, sino también medianos y pequeños, lo que se suma a una demanda creciente del mercado asiático. Por último, la quínoa tiene una larga tradición en esta zona, y si a los pequeños productores les entregamos buenas variedades, podrán aumentar su producción y acceder a mejores mercados”, puntualizó.

 


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