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Publicado el 30 marzo, 2020 | por editor

Lecherías robotizadas impulsan producción eficiente y alta calidad

En un viaje a Nueva Zelanda en 2014, Edmundo Henríquez, productor lechero conoció el sistema de ordeña con robots. Le gustó tanto que sabía que si continuaba en el negocio lechero solo sería con ordeña robotizada y llegó con la idea fija de instalar dos de estos equipos en su lechería. En 2015 comenzó a operar en su campo con esta tecnología.

El cooperado de Colun que llevaba más de 25 años con este sistema dio un salto tecnológico, siendo pionero en la incorporación de esta tecnología que lleva cerca de seis años en la zona para lo cual contó con el apoyo de la cooperativa a cuatro años plazos, con lo que adquirió las unidades de la marca Lely, empresa que se nació en los Países Bajos.

En su fundo Los Castaños, ubicado a 35 km de Río Bueno, en el sector Filuco, en la Región de Los Ríos el productor lechero cuenta que atrás quedaron los días en que él o sus trabajadores debían ordeñar a las 5 de la mañana. Hoy todo está más controlado en su predio de 45 hectáreas y con 140 vacas en ordeña.

“Este es un sistema que funciona las 24 horas del día. Las vacas van solas. A las 7:30 llego yo o un trabajador y revisamos el computador, vemos si hay vacas atrasadas, que por lo general son 4 ó 5y las vamos a buscar. Mi calidad de vida cambió en 90 grados, como la de quienes trabajan en la lechería. Ahora el tiempo se ocupa de otra forma, es más eficiente y libre”, explica.

Entre los beneficios del sistema automatizado, explica que lo que más le entrega es información de las vacas, temperaturas, células somáticas y cualquier alteración, queda registrada, “por lo que sabemos de inmediato si hay un problema”, comenta.

El productor además instaló paneles solares, por lo que actualmente durante el día en la lechería solo utiliza energía solar y el resto del tiempo eléctrica, lo que se traduce en un 60% de utilización de energía solar y 40% desde la red.

El sistema además está conectado a su celular y le informa de cualquier alteración.

Ricardo Ampuero, ejecutivo de Lely Center Chile, señala que las proyecciones son incalculables porque ya no es la tecnología del futuro, sino que es la del presente. “Estamos demostrando que son inversiones rentables con números reales. Las personas que se han capacitado se han adaptado muy bien porque el programa de trabajo es amigable y flexible, a la vez hay muchas funciones que puedes trabajar desde tu teléfono celular”, comenta.

Entre los beneficios adicionales, señala que está la disminución en la compra de medicamentos, y mano de obra, menos mastitis y células somáticas, disminución leche de descarte, cojeras, menos consumo eléctrico por concepto de enfriar leche, entre otros muchos beneficios.

TENDENCIA QUE CRECE

Felipe Aceituno, director de ventas de DeLaval Chile, señala que esta es una tecnología que llegó para quedarse como está pasando en toda Latinoamérica y ya hace muchos años a nivel mundial.

Aceituno señala que el primer robot que se instaló en la zona sur lo hizo hace casi 6 años y hoy hay 10 en la zona sur. “Al principio hubo mucha expectación y novedad por ver su funcionamiento y claro siempre hay un primer innovador que parte y quien va haciendo camino”.

Los factores que justifican una inversión en un sistema robotizado son totalmente aplicables a la realidad y la experiencia ya está. “Esto va a seguir avanzando y desarrollándose, la incorporación tecnológica a la lechería la vemos día a día y el robot es el punto central para procesar toda esa información”.

Sobre la tendencia, Aceituno asegura que el uso de nueva tecnología sigue creciendo. “No creo que sea masivo, pero los desafíos que tenemos desde el punto de vista de mano de obra son altos, así como también incrementar la eficiencia productiva”, asegura.

En cuanto a cantidad de cabezas, señala que el sistema de producción pastoril es ideal para productores de 150 a 400 vacas principalmente.

En sistemas de producción en confinamiento, es escalable, desde 60 vacas hasta 4.500 vacas, “que es lo que tenemos hoy en funcionamiento”.

El ejecutivo asegura que es muy importante entender que una cosa es el robot que hace la función de ordeñar y otra es el sistema de producción que hace que el sistema sea voluntario y que las vacas no solo se ordeñen solas, sino que también vayan solas a ordeñarse.

Sobre la recuperación de la inversión, Aceituno, señala que hay varios factores que inciden, pero las estimaciones indican que será entre 6 a 8 años.

Aceituno asegura que cada día es más complejo conseguir ordeñadores, y esta es una de las principales motivaciones para dar el salto tecnológico. “El sistema requiere menos personas por lo que el costo en mano de obra es menor a pesar de que recomiendan tener una persona que sepa manejar y utilizar la información que entrega el sistema.En segundo lugar, normalmente vemos un impacto en producción de leche dado por factores como un mejor manejo de las praderas y alimentación y por una importante mejora en el bienestar animal”.

“Vacas más tranquilas caminando por los callejones a la sala disminuyen las cojeras, esto sumado a un mayor bienestar animal hacen que las vacas incrementen la longevidad y son factores que rentabilizan la inversión”, señala.

Sobre la proyección de la robotización en la lechería señala que seguirá avanzando.

En el caso de DeLaval, explica que la mayor cantidad de proyectos que hoy tienen en carpeta son por sistemas robotizados.

IMPULSO A LECHERÍA

En noviembre de 2019, se inauguró la unidad de ordeña voluntaria de Inia Remehue en Osorno que consta de dos robots con una capacidad de ordeñe de 180 vacas. Actualmente se encuentran en ordeña 120 vacas.

El doctor Sergio Iraira, director de Inia Remehue, explica que lo importante es que las vacas que venían de una ordeña convencional con una producción diaria de 21 litros, en este proceso de acostumbramiento a la nueva sala o esquema de ordeña sufrieron una merma en su producción la cual fue recuperada al cabo de 6 días.

Luego de ello, señala se ha trabajado en acostumbrarlas a su desplazamiento libre e independiente dentro de la nueva instalación, sin que alguien las guíe dentro de la sala y patio de espera, viene todo el proceso de desplazarse solas desde las zonas de pastoreo.

“Es aquí donde ha tenido un poco más de trabajo dado que existe un grupo de vacas que son más lentas para aceptar este nuevo proceso de ordeña”, dice.

Iraira explica que el adecuado manejo de la alimentación hace que se desplacen las vacas dentro de la unidad, en este sentido el foco bajo este nuevo diseño de trabajo pasa del pozo de ordeña al manejo de pastoreo, el cual debe ser evaluado diariamente de manera tal que no les falte o tenga excedentes. Aquí surge el primer punto donde el sistema se comienza a ser eficiente. Un adecuado manejo de pastoreo se refleja en un adecuado desplazamiento hacia la sala. Suena fácil pero no es tal, uno debe ir buscando el ajuste preciso y que se refleja inmediatamente en el movimiento de las vacas hacia la sala. El resultado de este manejo se ve en la producción, la cual puede disminuir o aumentar si el manejo de pastoreo es impreciso o adecuado.

Con este sistema Iraira señala que ha habido una mejora importante la calidad de vida para la persona que está a cargo de la ordeña, hoy él se preocupa del pastoreo, quedará atrás el levantarse a ordeñar a las 5 de la mañana y no tener vida familiar.

Existe un mayor profesionalismo del “ordeñador”, su trabajo se modernizara y podrá “gerenciar” mejor el plantel desde el punto de vista productivo, reproductivo y sanitario. “Ello significa tener una mejor capacidad de respuesta”.

Una vez estabilizado el sistema, comenta que se debería incrementar la producción de leche 12%. “Estamos en ello”, acota.

En esta etapa del proyecto han recibido visitas de agricultores nacionales e internacionales para que conozcan este sistema.

“Hemos comenzado a trabajar con algunos alumnos de liceos agrícolas a enseñarles cómo funciona este modelo productivo, desde la medición de la pradera con el plato medidor de forraje, asignación de superficie y evaluación post pastoreo”.

El desafío de esta tecnología en este esquema pastoril es determinar las prácticas claves que hacen que las vacas se muevan largas distancias para que sean ordeñadas.

“Esa es nuestra tarea como INIA. Además de entregar resultados o indicadores productivos, sanitarios y reproductivos que permitan evaluar la viabilidad económica de unidades productivas de ordeña robótica”.

 


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