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Publicado el 1 febrero, 2016 | por editor

Lechería: los grandes secretos del riego en Australia

El riego como estrategia y no sólo como un seguro de vida fue el principal mensaje que se trajo en la maleta un grupo de productores. Por lo cual, debe ser una herramienta que rentabilice al campo y no signifique sólo un costo.

Con el cofinanciamiento de Corfo Región de Los Lagos a través del Programa de Difusión Tecnológica (PDT), organizado y coordinado por el Consorcio Lechero, el grupo de productores pudo, literalmente, “empaparse” de nuevas tecnologías y conceptos para enfocar el uso del riego como herramienta estratégica para la producción de leche.

Los participantes en esta misión tecnológica fueron Lucio Pérez (productor y consultor), Fernando Klein (productor y consultor), Karel Hrdina (productor), Uwe Lindemann (productor) y Philippe Laroze (productor), Christian Weiss (COLUN) y Octavio Oltra.

El foco, dijo Octavio Oltra, jefe del Departamento de investigación y desarrollo del Consorcio Lechero, fue responder a preguntas sobre como rentabilizar las tecnologías de riego en sistemas lecheros, y que variables técnicas hay que considerar para aumentar su eficiencia.

“Teníamos el tema que, después de la sequía, se hablaba mucho de riego, y aunque como Consorcio Lechero habíamos realizado dos estudios con la UACh y la Ufro, en que ambos revisaron cuáles fueron los factores más relevantes a considerar en la eficiencia del riego en praderas, aun nos quedaban varias interrogantes respecto el impacto económico de esta tecnología en los sistemas lecheros del sur de Chile.”.

La visión antes de la gira apuntaba al riego como una herramienta muy importante para rentabilizar sistemas, sobre todo tomando en cuenta el contexto de cambio climático y de que cada vez llueve menos.

“El análisis, agregó Oltra, está en ver cómo usar esta herramienta para la producción de leche en el sur de Chile, tanto para la sustentabilidad como la rentabilidad. En Chile existe poca información y experiencia sobre el estudio del riego en el sistema lechero, como de las condiciones para implementarlo y hacerlo rentable”.

Tras una sequía fuerte como la del verano pasado, existe la tendencia a pensar que el riego sí o sí es una salida. “Es importante, sobre todo en regiones como la Región de Los Ríos, donde hay sectores muy secos en verano, como también otros en la Región de los Lagos. Sin embargo, no está claro que el riego pudiese ser una alternativa para todos. Y, tal como lo vimos en Australia junto a los productores, las tecnologías tienen que ser concordantes con el sistema donde se van a aplicar. Esto es caso a caso”.

Un mensaje claro está en que el riego es necesario en muchos casos, pero si el riego va a significar una inversión cuantiosa y no va aparejada de un salto productivo, no cuadra. “La decisión del productor debe pasar necesariamente por adoptar además una estrategia de aumento de la producción y consumo de forraje, de manera de aumentar la rentabilidad del predio, si no, pudiera darse el caso que ni siquiera se puede pagar la inversión. No puedo estar pensando en que con riego voy a producir lo mismo o un poco más que lo que estoy ahora”.

En el fondo, lo que pudieron compartir con productores australianos y con centros de investigación es que el riego en sistemas lecheros necesariamente debe estar bien diseñado y con un objetivo definido.

“Ese enfoque de inversión debe estar dentro de un negocio que va a generar más producción y por tanto mejorar la rentabilidad. Para eso hay que mirar varios factores. Entre ellos, cuánto más va a ser mi incremento con la nueva inversión. No es sólo para seguir produciendo leche, pues los costos que voy a tener con la misma producción, son muchísimos más que los que existen antes de la inversión del riego. Por tanto debo diseñar mi sistema para que haga rentable la inversión”, sostiene el jefe de I+D del Consorcio Lechero.

En el recorrido conocieron y reafirmaron el concepto anterior. Así lo vieron en las 3 principales zonas lecheras de Australia: New South Wales (con la Universidad de Sidney), Victoria (zona donde está el 60% de la producción de leche australiana con la Universidad de Melbourne) y Tasmania (muy parecido al sur de Chile, que ocupa riego, donde conocieron el centro tecnológico de la Universidad de Tasmania).

Tanto en visitas a productores como a centros de investigación, la mirada fue una sola. “Lo que nos trajimos fue el enfoque que tiene que tener el riego. Para los productores australianos es un insumo más dentro de los factores de producción. Lo tienen incorporado como un costo adicional, bastante importante por lo que tienen que ser lo más eficientes posibles. La tecnología es clave y están enfocados en el cómo produzco más. Están pensando en producir 20 toneladas de materia seca en pradera y el enfoque es el correcto. No se puede pensar en incorporar una tecnología sino se va rentabilizar”.

En esas estrategias, explica, se tiene que rentabilizar el sistema. En las hectáreas bajo riego hay que sacar la máxima productividad posible, sea en praderas o en cultivos, como lo vieron en New South Wales. Por ejemplo, en maíz, 22, 24 toneladas de materia seca, para luego inmediatamente establecer otro cultivo invernal, poder rotar y poder sacar sobre 30 toneladas en el año.

“Una visión concreta que poseen está orientada a obtener altos rendimientos de materia seca, con especies que lo permitan. El riego es una inversión para ser usada estratégicamente. Es una inversión para aumentar productividad, no sólo para salvar el verano seco. Es un seguro, pero no puede ser sólo un seguro pues es muy caro. Si se establece, tiene que formar parte de una estrategia de aumento de productividad”, explica Octavio Oltra.

El enfoque es que no se puede hacer esta inversión pensando en que se usará cada cuatro años. El tema es que entre como factor de producción y, desde ahí, rentabilizarlo al máximo. Además, ver la estrategia de maximizar la producción de materia seca por hectárea, lo que incluye producir cultivos bajo riego. Eso genera que en el sistema, el riego pase a ser un elemento importante, que en época de sequía ayudará mucho y salvará, pero más que seguro para sequía, será un factor dentro del sistema, que lleve a dar un salto productivo.

“Y ese es el enfoque que nos llevamos. El riego no sólo es un seguro para la sequía, sí no también un recurso que genera un impacto en la rentabilidad. También, que si se entra al riego, debe ser con una estrategia tecnológica que tenga que ver con el campo, con la eficiencia”. En el contexto de Tasmania, un elemento tecnológico común fueron los pivotes, con lecherías a pastoreo y con altas producciones de pradera por hectárea, combinando riego y muy buena fertilización. La inversión de esta tecnología es alta y pero con costo de operación bajos.

Fue muy llamativo ver el enfoque en tecnología que existe en el medio lechero, con investigación y conocimiento sobre cómo hacer más eficiente el riego, cuándo comenzar y cómo regar –y con un recurso escasísimo- definir las dosis de agua.

“Cuando visitamos Dairy Australia en Melbourne, nos quedó claro que un hito crítico es la definición, como predio, sobre cuándo empezar a regar. Si me atraso, cada día que lo haga es una caída en la producción del verano”, explicó. Por ejemplo, en esta institución están generando un modelo que les permite, zona por zona, determinar la fecha para definir el mejor momento para comenzar a regar. “Hacerlo, es fundamental para la productividad que se requiere en los meses secos. Por ejemplo, en la Universidad de Tasmania nos presentaron un estudio que muestra cuánto se pierde en productividad por cada día que se va dejando pasar para empezar a regar”.

En el caso del riego de praderas en Australia, existen zonas donde no existe otra opción que regar. Y aparecen costos, como por ejemplo, tienen que comprar agua en el mercado, cuyos excedentes se transan normalmente. Es común que al productor le falte agua, por lo que el enfoque es sacar el máximo ingreso posible. Para ello, se preocupan de sacarle partido a la pradera, con un muy buen establecimiento y tasa de consumo. El agua es cara y el enfoque está en maximizarla lo mejor posible. Estas praderas son usadas para pastoreo y conservación de forrajes.

Además, el grupo pudo conocer sistemas rotativos de ordeña robotizados, cuya percepción y tecnología están penetrando fuertemente en Australia en sistemas de pastoreo. Nicolás Lyons les presentó estos sistemas y les mostró los resultados, con un tema que se ve muy posible de crecer en Chile.

LOS BENEFICIOS

“El beneficio que vemos para el productor lechero chileno sobre esta gira está en que pudimos ver experiencias en que el riego efectivamente puede contribuir a mejorar la rentabilidad del predio y la sustentabilidad como tal, en un contexto en que pueden hacer de su explotación lechera un mejor negocio. Lo otro tiene que ver con ver en vivo cómo operan algunas de las tecnologías de riego y cómo estrategias de países como Australia han logrado rentabilizarlas, como los pivotes, acumulación de agua en tranques, entre otros. En la práctica, los productores nacionales que participaron se enfrentaban a esto, discutiendo la aplicación de estas tecnologías en Chile. La discusión permite encontrar las soluciones. Son 2 cosas. Cómo verlo inserto como elemento dentro del negocio que aumenta competitividad sustentable y, por otro lado, ver cuáles son las tecnologías que pudieran implementar en Chile”.

Para el sector productivo, el riego en Chile, dice Octavio Oltra, es una tecnología que tiene que ser evaluada en el contexto del predio.

“Si es un predio con facilidad de agua y factores que lo hacen de ser sujeto de riego, hay que incluir el tema como un proyecto de inversión que piense en aumentar productividad e ingresos del predio. No sólo como un seguro frente a la sequía. Por lo tanto, el riego tiene espacio como una tecnología que aumente la competitividad sustentable de los predios lecheros”.

 


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