Opinión Imagen asociatividad

Publicado el 25 febrero, 2019 | por editor

“La asociatividad nos permitirá ajustar brechas”

Humberto Salas Jara Académico Facultad de Administración  y Negocios  Universidad Autónoma de Chile

Humberto Salas Jara Académico Facultad de Administración y Negocios Universidad Autónoma de Chile

En el marco del seminario “Asociatividad y cooperativismo, una oportunidad para La Araucanía” organizado por la Universidad Autónoma de Chile y la Unión Nacional de Agricultura Familiar Campesina, en el cual participaron autoridades de los Ministerios de Agricultura y Economía, destacados académicos y especialistas internacionales, así como miembros y directivos de cooperativas locales, donde se abordaron temáticas y experiencias que han permitido potenciar estos modelos de negocio en el vecindario.

Me permito compartir algunas reflexiones derivadas del panel “asociatividad en el sector agroalimentario de América Latina y el Caribe”, con fin de relevar la importancia de esta materia para el desarrollo de la agricultura familiar en nuestra región.

A TOMAR EN CUENTA

Debemos considerar que existen aún imperfecciones y concentración en el mercado de compra de los cultivos tradicionales, carne y leche, lo que amerita en algunos casos para pequeños predios transitar gradualmente y de forma eficiente hacia la reconversión con el fin de generar producción con mayor valor agregado como, por ejemplo la fruticultura. Sin embargo, este peregrinar debe incorporar la generación de alianzas y encadenamientos, así como el funcionamiento de clusteres productivos, todo lo anterior como base para el desarrollo de cooperativas modernas.

Este esfuerzo no sólo depende de la iniciativa privada, pues según datos de la Ocde, está demostrado que en países donde la distribución del gasto e inversión pública es centralizado y concentrado como sucede en Chile, aumentan las brechas de productividad e incluso las sociales, por cuanto el proceso requiere de sinergias virtuosas entre los gobiernos, la empresa, la academia y la sociedad civil para enfocarnos en los elementos clave que nos permitan avanzar en la descentralización de la inversión pública, mejorar la calidad de la gobernanza en los gobiernos locales y generar capacidades en el capital humano especializado.

Es decir, los cooperados y miembros de cooperativas no están solos en este asunto, pues se requiere de innovaciones institucionales de mediano y largo plazo, así como de voluntad política, para avanzar en el desarrollo de estrategias que permitan progresar hacia un sistema agroalimentario sostenible, aumentando así la competitividad y productividad del territorio. Lo anterior se fundamenta en que los países que han logrado hacer funcionar estos engranajes, han tenido mayor éxito en la diminución de brechas económicas y distribución del ingreso de este sector productivo.

Lo positivo es que hoy este tópico se ha instalado fuerte en los programas de desarrollo económico local de largo plazo y se evidencia una preocupación en el ámbito público y privado para que la asociatividad se presente como uno de los caminos concretos y factibles que nos permitan contribuir en la generación de valor local, potenciar las ventajas competitivas territoriales y lo más importante avanzar en la disminución de la pobreza de cientos de familias en sectores rurales de La Araucanía.

 


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