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Publicado el 8 noviembre, 2021 | por editor

Huerto mapuche aporta a la biodiversidad productiva frente al Cambio Climático

Una de las mayores amenazas que enfrentan las culturas del mundo, es la pérdida de la biodiversidad productiva a raíz del cambio climático que afecta al planeta. A partir de este fenómeno, la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena, Conadi, desarrolló junto a la ONG Cetsur un proyecto que busca difundir y promover el “huerto mapuche” como un espacio de preservación y producción de semillas y plantas originarias; y una instancia de reconocimiento de las mujeres “curadoras de semillas” indígenas como protectoras de estos cultivos, frente a los efectos del cambio climático que afectan al sur del país.

La iniciativa que se desarrolló por cinco meses e involucró a 35 mujeres mapuche de las comunas de Los Sauces, Lumaco, Nueva Imperial, Carahue, Saavedra, Toltén y Pitrufquén; quienes recientemente recibieron de manera virtual sus certificaciones tras cumplir con los talleres y las actividades propuestas por este proyecto inédito en el país.

En este sentido, el director nacional de Conadi, Ignacio Malig Meza, destacó la presencia de las mujeres en este y otros programas. “Hoy en día, la mayoría de los procesos de los pueblos indígenas son liderados por mujeres, en el caso de la Conadi un 65% de las beneficiarias del Fondo de Desarrollo Indígena son mujeres, y cada año vemos nacer un promedio de 50 emprendimientos femeninos sólo en La Araucanía”, agregando que: “en los últimos años, las mujeres indígenas han demostrado su capacidad de organización, su responsabilidad en la administración de recursos, y su capacidad multitarea: mientras impulsan emprendimientos, no dejan de lado el cuidado de sus familias, la transmisión de su idioma y sus actividades tradicionales”.

DE LA PUEBLA A LA MESA

Entre las acciones realizadas estuvo la participación en talleres sobre el manejo y la protección de los huertos mapuches ante eventualidades como las sequías, inundaciones, heladas y otros fenómenos climáticos; la generación de espacios virtuales o presenciales para el intercambio de semillas y plantas, y la publicación del manual.

“De la Puebla a la Mesa, al resguardo del patrimonio agroalimentario y la protección de la biodiversidad en tiempos de pandemia”, documento que aporta relatos y conocimientos sobre el trabajo de las Curadoras de Semillas y el origen de la Puebla como sistema de cultivo indígena histórico generado a partir de la reducción de los territorios indígenas entre el siglo XIX y XX; además de entregar detalles sobre las características y la conformación de un huerto y el aporte de recetas tradicionales y actualizadas elaboradas a partir de los productos cultivados en ellos.

Para Ana Paola Hormazábal, subdirectora nacional Sur (S) de Conadi esta iniciativa surge con “mucha historia y sabiduría en cuanto a la importancia de los huertos en el desarrollo de la sociedad, y cómo las mujeres en su rol de “curadoras de semillas” están cumpliendo un rol importante en el suministro de alimentos con pertinencia territorial, aportando con su trabajo a la rescilencia productiva frente al fenómeno del cambio climático que afecta al país”.

LA IMPORTANCIA

DE LA HUERTA

Para Rodrigo Terreros, ingeniero agrónomo experto en agroecología y encargado de la coordinación técnica del proyecto de la ONG Cetsur, “un huerto tradicional mapuche es diverso. Esta diversidad va de la mano de la cultura, pero además incluye plantas que nutren a quienes las consumen; entonces la falta de estos huertos genera pérdida de conocimientos ancestrales, y en caso extremo, escasez de alimento por la pérdida de las cosechas siendo su resguardo elemental para el contexto ambiental que estamos viviendo”.

Para el profesional el cambio climático es un fenómeno global, “y hay estudios que indican que los huertos diversos están más y mejor preparados para enfrentar estas alteraciones climáticas por lo que una huerta tradicional mapuche estará mejor preparada en la medida que incluya conocimiento y variedades de especies; pero esto debe ir de la mano con una nutrición permanente del suelo sea con compost o abono de lombrices, evitando el uso de químicos sintéticos que al final van dañando el suelo y su microbiología que es relevante para tener un suelo sano y resiliente a los efectos del cambio climático”, señaló.

CURADORAS DE SEMILLAS

Hernán Muñoz, encargado de la Unidad de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Cambio Climático de CONADI, destaca que este proyecto buscó apoyar un trabajo que ya se venía desarrollando entre la ONG Cetsur con distintas mesas de mujeres rurales de La Araucanía, conscientes de que las huertas rurales mapuches no sólo concentran diversidad productiva, sino que también conocimientos culturales.

“Hoy la huerta en el contexto del cambio climático se convierte en un espacio de disminución de vulnerabilidades ante los fenómenos climáticos que están golpeando el territorio, y en este sentido, el rol de las mujeres curadoras de semillas es fundamental en la generación de esta diversidad y de una canasta con productos propios que contribuya a la soberanía alimentaria, es decir, a una alimentación con pertinencia cultural”.

“Hoy –añadió- hay curadoras de semillas por todos lados, no siendo identificadas como tales pero sí vinculadas a la práctica de rescatar las semillas antiguas, sembrarlas, difundir su conocimiento y guardar y/o protegerlas por un tema cultural o hereditario más que comercial. Una curadora vive en cada huerto de la región”, destacó.

Entre las “curadoras de semillas”, este proyecto es relevante por el aporte de técnicas actuales e innovadoras que le permitirán cumplir con su tarea de proteger la biodiversidad de sus huertos, uniendo estas prácticas a los saberes ancestrales.

Lorena Gómez, una de las productoras involucradas en el proyecto, cuenta que: “en esta iniciativa estamos hablando de conocimiento patrimonial, de rescate de plantas, de semilla; y de un aporte a la economía familiar dada la situación de cambio climático que vive el país. Lo que hemos aprendido va de la mano a la idea que de la tierra sale vida, en este caso, verduras y hortalizas que van enriqueciendo la tierra y la fortalecen”.

 


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