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Publicado el 9 noviembre, 2020 | por editor

¿Cuál es el camino de la región de Los Ríos para fortalecer la producción ovina?

La gran estacionalidad y baja productiva de las praderas, las cuales son principalmente naturalizadas son algunas de las dificultades que enfrentan los productores ovinos de la región de Los Ríos, problemas a los que se le hará frente a través del proyecto ciencia-empresa “Desarrollo de innovación y adopción de tecnologías para generar capital social en la cadena de valor de la carne ovina”, que es liderado por la Dra. Silvana Bravo Marchán, coordinadora de Vinculación con el Medio y académica del Instituto de Producción Animal de la Facultad de Ciencias Agrarias y Alimentarias Universidad Austral de Chile.

Esta iniciativa, que es financiada con recursos de la provisión FIC del Gobierno Regional, tiene como gran objetivo generar capital social entre los diferentes actores de la cadena de valor de la carne ovina de la región a través de procesos de innovación y adopción de tecnologías para mejorar su competitividad y lograr una diferenciación asociada al patrimonio territorial.

Los productores asociados al proyecto son la Agrupación de Productores Ovinos de Máfil (12) y el Comité de Productores ovinos de la Comuna de Lanco (12). Sin embargo, se trabaja también con los equipos técnicos de Prodesal y Pdti de las comunas de Mafil, Lanco y Lago Ranco, con productores ovinos que tienen más de 15 ovejas y que identifican el rubro como prioritario en su predio, lo cuales son alrededor de 100 productores.

CARACTERIZACIÓN

De acuerdo a resultados obtenidos entre julio a septiembre de este año en el marco de este proyecto, la producción ovina de Los Ríos se caracteriza por ser extensiva con uso de razas especializadas en la producción de carne y sus cruzamientos, destacándose la raza Suffolk Down (52%) y Texel (20%).

En un total de 70 productores encuestados en las comunas de Máfil, Lanco y Lago Ranco se obtuvo que esta producción es desarrollada en una superficie promedio de 6 hectáreas, por mujeres cuyo rango de edad fluctúa entre los 50 y 64 años y cuyo grupo familiar tiene un ingreso mensual menor a $250.000.

“Se trata de una producción que se caracteriza por presentar asesoría técnica de los programas de Prodesal y Pdti del Instituto de Desarrollo Agropecuario (Indap). Este rubro considerado como prioritario por los encuestados y que ha sido desarrollado por más de 15 años, se habla de una tradición familiar, y que conviven con rubros secundarios como los bovinos, berries, aves y hortalizas”, sostiene la investigadora.

DEBILIDADES

Dentro de las principales debilidades que se identifican en los productores ovinos -precisa la doctora Silvana Bravo- se encuentra la estacionalidad y baja productiva de sus praderas, las cuales son principalmente naturalizadas. Estacionalidad y baja producción que se ve intensificada debido a los escasez hídrica. Lo cual se ve reflejado en las bajas cargas animales que presentan los sistemas productivos (cuadro 1).

Además, se destaca que el ataque de perros asilvestrados y depredadores (como el puma) genera grandes pérdidas en sus rebaños.

Juan Castillo, presidente del Comité de Productores Ovinos de la comuna de Lanco, lleva más de 20 años trabajando en el rubro. Su trabajo es parte de una tradición familiar que pasó de generación en generación.

“Desde siempre me he dedicado a esto”, cuenta este productor, quien confirma que la estacionalidad y la escasez de alimentos para sus animales son las principales problemáticas que enfrentan.

“La alimentación en invierno es un problema, además del cambio climático. La producción y el consumo estacional de la carne de cordero también nos afecta, se concentra principalmente en el verano (entre noviembre-enero)”, dice Castillo.

Ahora, a partir del trabajo con la Universidad Austral de Chile, esperan revertir esta situación. “Esperamos avanzar y fortalecer la producción. Estamos esperanzados en tener buenos resultados pese a la pandemia”, dice.

MIRANDO AL FUTURO

La investigadora Silvana Bravo sostiene que para avanzar y fortalecer este rubro se debe trabajar en mejorar la fertilidad del suelo para aumentar la producción de forraje de las praderas naturales.

“Usar carbonato de calcio en estos sistemas de bajos recursos es una buena opción, enmiendas calcarías de cobertura permiten mejorar los niveles de pH y saturaciones de aluminio, mejorando la producción de forraje y composición botánica de las praderas”, precisa.

También es necesario -recalca- desarrollar estrategias de rotación de cultivos forrajeros. Además, de establecer especies que se adapten mejor al estrés hídrico.

“Estas estrategias también deben ser acompañadas de capacitaciones teóricas y prácticas que muestren in situ a los ganaderos la importancia de la rotación de potreros (pastoreo rotativo), y la carga animal (número de ovinos/ha) para mantener de forma sostenible los recursos forrajeros, y poder aumentar sus producciones de kilogramos de carne por hectárea, las cuales son muy bajas”, dice.

VALOR AGREGADO

Una de las principales ventajas que tiene la producción ovina de la Región de Los Ríos es que se trabaja con razas especializadas en la producción de carne.

“Producen corderos livianos y de buena conformación. Además, sus sistemas productivos utilizan bajas cantidades de agroquímicos, e insumos veterinarios, lo cual confiere la característica de ser sistemas productivos naturales. Existen manejos definidos en el rebaño y se establecen recursos forrajeros de invierno para realizar estrategias de suplementación al pre y postparto”, explica Silvana Bravo.

Justamente con este proyecto están trabajando en caracterizar la calidad de la canal y la carne de este cordero que se produce en sistemas extensivos en base a praderas naturalizadas, focalizando esfuerzo en su calidad nutricional, para hacer promoción de esta carne.

También se están enfocando en generar charcutería (jamón, salame y hamburguesas) para agregar valor a los animales de descarte, todo asociado a una descripción de la Ecorregión Valdiviana en la cual se producen estos animales y la creación de un circuito turístico (entre Lanco y Lago Ranco) en el cual se podrá comprar corderos, comer un asado al palo y otras preparaciones, comparar textilería ovina y hacer agroturismo ovino.

Para avanzar en esta línea y conocer la opinión de los potenciales compradores, desde mayo a octubre se realizó una encuesta online para conocer el consumo de productos cárnicos ovinos en la región de Los Ríos. Un total de 174 personas pertenecientes a las comunas de Valdivia, Panguipulli, Río Bueno, Lanco, La Unión, Paillaco, Mariquina, Los Lagos, Máfil y Futrono respondieron la encuesta.

“Entre los resultados preliminares se obtuvo que el atributo de mayor preferencia para hombres y mujeres, y que determinaría la compra de carne ovina en la Región de Los Ríos es el precio, estando dispuestos a pagar entre $3.000 a $7.000 por el kilogramo de carne”, explica la doctora Bravo.

El tamaño de los cortes es el atributo de segunda importancia, y de igual preferencia para los hombres y mujeres encuestados. Además, independiente del género y grupo etario los consumidores prefieren consumir carne ovina fresca, y en menor frecuencia envasada al vacío. Además, el lomo, costillar y pierna son los cortes que más preferirían comprar. Destacándose que un 70% de los encuestados quiere comer carne ovina todo el año.

 


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