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Publicado el 30 noviembre, 2015 | por editor

Cojeras en rebaños lecheros: la mirada de un especialista

Son un factor decisivo a la hora de sacar del rebaño a una vaca lechera. Costosas, tanto por lo que se deja de producir, como por los tratamientos y por las eliminaciones, las cojeras son una preocupación permanente para los productores.

Este tema fue priorizado en el proyecto de Bienestar Animal del Consorcio Lechero y los productores chilenos encuestados. Por eso, en su segunda visita a Chile en el contexto del proyecto, el especialista internacional en prevención de cojeras en rebaños lecheros, Neil Chesterton, participó en días de campo organizado por el Consorcio Lechero en Frutillar y Curacaví.

Este proyecto, cofinanciado por la Fundación para la Innovación Agraria, FIA, realizó un diagnóstico del bienestar animal a nivel predial en lecherías desde la Región Metropolitana hasta la Región de Los Lagos.

Los propios productores priorizaron temas como las cojeras, salud mamaria, estrés calórico y manejo de prácticas dolorosas. En el caso de salud podal y cojeras en vacas lecheras, se ha realizado días de campo en Curacaví, Los Lagos, Los Muermos y Frutillar.

En el caso de la última actividad, la productora lechera anfitriona fue Cristina Klesse. Ella recibió a productores y al especialista Neil Chesterton quien, tanto en Curacaví como en Frutillar, planteó la necesidad de prevenir las cojeras, causa de eliminación número uno en los rebaños lecheros.

“Mi mensaje en Curacaví, en el predio Santa Inés, y en Frutillar, en el Fundo López, fue el mismo. Con menos presión, las vacas fluyen mejor y, cuando lo hacen mejor, hay menos presión sobre sus patas y menos daño. Además, la otra ventaja es que, cuando hay menos presión y la gente trabaja con las vacas, sin apuros ni gritos, las vacas están más felices”, resumió el especialista, quien apoyado por el Consorcio Lechero, participó en el Simposio Internacional sobre Cojera en Rumiantes, realizado en Valdivia.

La visión de Chesterton se orienta a ir mejorando el ambiente en la lechería, con un manejo con menos estrés para las vacas y los trabajadores, lo que se traducirá en menos cojeras, mejor flujo de las vacas en la lechería y buenos efectos en el equipo humano. “Las vacas más contentas se mueven más rápido, mejora la producción, disminuye el estrés, por lo tanto hay un mejoramiento en todos los aspectos, por lo que tenemos más ganancias para el predio”.

BIENESTAR ANIMAL

La coordinadora del proyecto de Bienestar Animal del Consorcio Lechero, Danitza Abarzúa, explicó que éste fue el último día de campo sobre cojeras correspondiente a esta iniciativa. Otros temas son el estrés calórico, manejo de prácticas dolorosas y salud mamaria.

“Neil aborda el tema de la prevención, dando tips para que los agricultores aborden el qué hacer para no llegar a tener problemas de cojeras en sus predios. En ese contexto, el Consorcio Lechero ha contribuido a fortalecer este tema, tanto en días de campo como charlas técnicas, pero también generando material técnico inédito en Chile. Por ejemplo, la Libreta de Salud Podal y el video sobre cojeras. A la vez, hemos hecho difusión para ir enfatizando en la prevención para evitar estas dolencias, que causan fuertes pérdidas económicas tanto por producción de leche como por eliminación de vacas cojas desde el rebaño”, comentó Danitza.

Las cojeras son un problema de amplia presencia en las lecherías. En Chile, tanto en las del tipo intensivo de la zona central, como en las basadas en pastoreo, estas lesiones son comunes. “Son diferentes sistemas, por lo tanto, sus orígenes son diferentes. En la zona central, principalmente son del tipo infeccioso como la dermatitis digital, en cambio, en el sur podemos ver que está la enfermedad de la línea blanca, que son problemas mecánicos, producto de los caminos y patios de espera”.

La evaluación de Danitza Abarzúa al alero del proyecto, que incluye un seguimiento a 27 predios, es positiva. Aunque ha sido un año complicado, que partió con una gran sequía, los productores monitoreados en bienestar animal han ido aplicando gradualmente los cambios sugeridos y hoy se aprecia mejoramiento en cojeras, instalaciones y sanidad mamaria, entre otros parámetros.

“Un tema clave en bienestar animal, tal como lo señala Neil Chesterton, está en que lo primero es educar a las personas que trabajan con el rebaño y desde ahí trabajar con los animales. Se ha hecho mucho énfasis en el manejo que hacen las personas sobre éstos. Es difícil, cuando existen formas de trabajo que llevan mucho tiempo. Por eso ellos son los invitados a estas actividades a las cuales se les está entregando estas nuevas herramientas, que poco a poco se van instaurando”.

Consuelo Fuentes, profesional de apoyo del proyecto y encargada de la ejecución de las actividades de la zona centro sur, agregó que uno de los temas importantes en el bienestar animal en lecherías intensivas que se vio fue el de las camas.

“La principal causa de las cojeras es que mucho tiempo de pie produce lesiones sobre las patas. Además, como las vacas no se quieren echar, porque probablemente las camas no son tan cómodas, las vacas se paran como a medio camino, con las manos sobre la cama y las patas atrás, lo que genera un peso extra sobre las patas traseras. Eso produce úlceras en las patas, que es una de las 3 principales lesiones en ese tipo de sistemas productivos”.

VISION CONSTRUCTIVA

Neil Chesterton ha visitado Chile en muchas oportunidades, revisando y asesorando predios lecheros en el tema de las cojeras. Con su experiencia en el tema, a la cual se suma su trabajo permanente en lecherías de todo el mundo, principalmente Nueva Zelandia, está en su visión sobre lo que está ocurriendo con las cojeras en las lecherías nacionales.

“Los principales problemas que veo en las lecherías a pastoreo, que es donde tengo más experiencia, son la enfermedad de la línea blanca y heridas de suela. La pata se hiere y genera presión a la vaca. Primero se hiere la pata y luego las piedras se incrustan en el fondo. La enfermedad de línea blanca se genera por la desintegración de la unión-suela- muralla, y esto ocurre por ejemplo cuando la vaca gira su pata en el concreto”, cuenta.

Chesterton cuenta que, al hablar con productores y encargados de los rebaños, ellos le dijeron que tenían que presionar las vacas para que el flujo sea más rápido en la ordeña. “Cuando ponemos menos presión, al final, las vacas van más rápido. Por eso es bueno poner en práctica lo que hemos conversado”. Otro tema que trató fue el cómo evitar las lesiones en las patas en los patios de espera. Un ejemplo es medir el tamaño del patio.

“Las vacas necesitan, al menos 1,5 metros cuadrados por vaca. Si son 20 o 30, se requiere contar cuántas caben en el patio y asegurarse que es suficientemente grande. Si no lo es, no cierren la puerta de acceso. Sólo comience el ordeño cuando la primera viene y cuando empiece a avanzar el lote, ahí cierre la puerta. Es mejor, porque así habrá espacio para que se puedan mover”.

Agrega que, si las vacas quedan apretadas desde el inicio de la ordeña, tendrá un flujo muy pobre de vacas desde el comienzo, los ordeñadores se complicarán y las vacas no irán en forma ordenada al ordeño. Las vacas que queden más atrás no estarán bien y la ordeña será más lenta.

Para detectar las cojeras, explicó Chesterton, se requiere ir mirando muy bien las vacas y revisar las condiciones en las cuales están. Cuando se controla las cojeras, también se controla el bienestar del rebaño. Se nota una mayor producción de leche y el grupo de trabajadores también está mejor.

Lo primero es registrar la condición y los tipos de cojera. El segundo paso es identificar las vacas con cojeras crónicas. “La gente pasa mucho pero mucho tiempo tratando las vacas con cojeras crónicas y no se preocupa de las vacas con nuevas cojeras. Las nuevas se transformarán en crónicas”.

Otras recomendaciones son fijarse y realizar puntajes de locomoción, mirando muy bien a las vacas al caminar. En la sala, por ejemplo, recomienda una vez a la semana revisarlas a la salida de la ordeña. Y, el buen trato es clave, evitando gritos y silbidos en arreo y ordeña.

 


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