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Publicado el 4 enero, 2016 | por editor

Bienestar animal: el secreto del éxito en la lechería está en los detalles

Agropecuaria Leches del Biobío posee el predio EntrePinares, unidad con 850 vacas en producción, 1000 vacas masa, con una proyección de 950 vacas en leche.

Es un sistema de producción del tipo “dry-lot”, confinamiento en potreros de sacrificio, con 6 meses en potreros específicos y el resto del año, en potreros de invierno, en los cuales posteriormente se establece maíz para ensilaje.

La ración es del tipo TMR (totalmente mezclada), con silo de maíz y maíz grano húmedo, producido predialmente. El resto de la ración se compra fuera del predio, tanto soya, suplementos y fardos. También producen bolos de avena con triticale, producidos inmediatamente sobre la superficie de maíz para ensilado.

Agropecuaria Leches del Bío Bío participó en el proyecto de Bienestar Animal del Consorcio Lechero, iniciativa que demostró que la suma de pequeños detalles contribuya a mejorar el manejo y rutinas, con avances en la calidad de leche, la rapidez en el ordeño y el bienestar de las vacas.

Jorge Guzmán, uno de los socios de esta empresa, aseguró que este proyecto tuvo su respaldo de su parte desde el principio.

“Nos plantearon poner el predio a disposición, para lo cual no tuvimos ningún inconveniente. Al contrario, evidentemente nos ha traído beneficios, porque siempre hay muchas cosas que mejorar en un predio lechero. Hay mucho por enseñarle al equipo humano y esto indudablemente nos ha servido para eso”, precisó.

Guzmán recordó que fue en el Biobío donde surgieron los temas de sanidad mamaria y estrés calórico. “Este proyecto del Consorcio Lechero ha sido bastante fructífero para nosotros. Hemos sacado beneficios al poder participar en esto”, puntualizó.

Tras la visitas de diagnóstico y seguimiento, hechas basándose en el Protocolo de Bienestar Animal del Consorcio Lechero, se hizo modificaciones en manejo e infraestructura con muy buenos resultados.

“Básicamente en el manejo de la vaca. Uno de los temas más innovadores, que no hacíamos, fue el flameo de ubres y el pelado de las colas, el depilado, lo que nos ha permitido mantener las ubres mucho más limpias por ambas razones y disminuir bastante los casos de mastitis”.

Jorge Guzmán agregó: “nosotros somos una lechería que en los 10 años que llevamos, nunca hemos superado las 300 mil células somáticas, lo que para el sistema que tenemos es bastante bueno. Los ajustes nos han permitido poder sacarle mayor eficiencia a los gastos que se hace normalmente, como el uso del dipping, costo importante y que no estábamos aprovechando al 100%. Son cosas muy pequeñas en el manejo que, al final del día, son muy importantes”.

CONSEJOS

El doctor Marcos Muñoz, académico e investigador de la Universidad de Concepción, explicó que tras la evaluación y seguimiento, el gran mensaje fue que las mastitis clínicas son un problema, en la medida que los sistemas se siguen intensificando, y que requieren saber controlarlas.

“Hay mucho nexo entre el bienestar animal y la incidencia de mastitis clínica. Una de las cosas positivas es entender ese nexo en términos de los desafíos que se vienen ahora. Para el bienestar animal, la percepción de lo que estamos haciendo como especialistas en salud mamaria para prevenir el sufrimiento, aumentar la vida productiva de las vacas”.

Muñoz agregó que: “definitivamente, fue muy positiva esta actividad porque hemos logrado aunar criterios en relación a medicina preventiva para evitar la incidencia de nuevas mastitis clínicas, como evitar el sobre ordeño, usar el flameo. Por ejemplo, maximizar la higiene de la vaca y cómo podemos hacer que lleguen mucho más limpias al momento de la preparación y, por supuesto, qué podemos hacer con la vaca para evitar que se ensucie más”.

El especialista precisó que, por ejemplo, si la vaca está estabulada, un requerimiento es mantener sus cubículos en forma higiénica. Si está en pastoreo, recomienda asegurar los caminos y lugares de acopio. A esto se agrega el flameo de las ubres, corte de los pelos de la cola, que son medidas sencillas, pero que permiten facilitar y minimizar el riesgo de los patógenos que producen problemas de cuadros clínicos en vacas lecheros.

Otro tema que ha estudiado y analizado en Chile se centra en el cómo la vaca entrega su leche, donde planteó el análisis de las rutinas de ordeño y el análisis de las curvas de ordeño con mucha precisión.

“Nos hemos dado cuenta que, al contrario de lo que pudiéramos pensar, de que debemos dejar la vaca más tiempo en la ordeña, no es así. Una vaca tranquila se ordeña mucho más rápido que aquella vaca que viene estresada. Por lo tanto, el manejo periférico y previo a la ordeña es crucial. No sólo lo que tiene que ver con la higienización, si no también el arreo de los animales y la manipulación de ellos, la forma en que entran, salen y cómo son manipuladas dentro de la sala de ordeño, es crucial respecto a cómo entregan la leche y cuánto tiempo demoran en eso”.

Por ejemplo, un tema clave son las personas que trabajan en la sala. Hay equipos muy dedicados y entrenados, con los cuales la vaca se siente bien. Pero, cuando es al revés, con personas que no saben cómo enfrentar correctamente la rutina de ordeño, las mastitis clínicas aumentan o crecen los contagios, incluso los subclínicos.

“El capital humano es esencial. Destacó el rol del Consorcio Lechero en cómo ha desarrollado este proyecto en coordinación con los productores lecheros, con los veterinarios, con los especialistas, incluso con parte de la industria que se suma y quiere aprender. De alguna forma se está aunando criterios y el material que produce el Consorcio Lechero, en términos de las distintas aristas del bienestar animal, nos pone de acuerdo. Vemos cómo la cadena láctea enfrenta los nuevos desafíos, nos interesa no sólo sacar buena leche y que las vacas sean sanas, si no que las vacas lo pasen bien mientras se ordeñan. Se trata que el factor humano, no sea factor y que signifique más producción de leche, menos riesgos de infección intramamaria, menos riesgo de mastitis clínica. Esto es menos tiempo, es más verde, se desgasta menos el equipo. Si pudiéramos valorizarlo en términos económicos, es algo positivo”.

Valoró la disposición de EntrePinares, predio que ha sido muy generoso al mostrar sus cambios, tras la evaluación y 2 visitas de seguimiento.

“Esto ha sido paso a paso. La lechería es la suma de los detalles, no es sólo una cosa la que da la fórmula del éxito, si no que muchos detalles. Hemos visto muchos cambios, tienen un excelente estándar productivo y cómo generando pequeños cambios, se les ha facilitado a la hora de los turnos”, advirtió Muñoz.

El experto concluyó que se han visto los cambios en la aplicación de dipping, en cómo llegaban las vacas, procedimientos preventivos, coordinación de la rutina, entrada y salida de los animales.

“Se nota que ha habido un trabajo previo, sin necesidad de grandes inversiones. Son temas sencillos, modificando aspectos prácticos en la rutina o procedimiento, genera cambios que se pueden palpar y monitorear”, concluyó.

 


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