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Publicado el 13 agosto, 2018 | por editor

Avances en la nutrición de vacas lecheras durante el período de transición

“El período de transición, que comprende desde tres semanas antes del parto hasta las tres semanas posteriores, es la etapa más determinante en el resultado de una explotación lechera”, explicó el doctor Fernando Klein, especialista en nutrición de vacas lecheras y asesor de Alimentos Cisternas S.A., compañía con más de 65 años de presencia en el mercado nacional.

En una charla realizada recientemente en Osorno, Klein indicó que “al tener un mal manejo durante este período, el productor está expuesto a tener altas tasas de mortalidad y eliminación de vacas, pérdidas de producción y mala reproducción, lo que se puede traducir en una pérdida económica considerable”.

Además, subrayó que “un resultado negativo provoca una desmotivación en el equipo de trabajo y una gran frustración en el productor de leche, mientras que, por el contrario, un manejo de transición exitoso se traduce en altos porcentajes de vacas sanas, buena reproducción, bajas tasas de eliminación, excedentes de vaquillas de reposición para venta o crecimiento del rebaño y alta producción de leche, lo que genera también un impacto positivo en el personal, que se siente orgulloso y motivado, y finalmente genera beneficios económicos importantes para la empresa lechera”.

Alejandro Castillo, consultor privado y jubilado como Emeritus de la Universidad de California Davis, de Estados Unidos, es uno de los especialistas más reconocidos en temas relacionados con la alimentación de vacas lecheras.

En su presentación explicó que “el metabolismo energético de vacas de alta capacidad genética en transición a la lactancia se caracteriza por un balance negativo de energía, provocado por una alta demanda de glucosa en la sangre, una baja capacidad de consumo y un alto nivel de producción de leche, intensa movilización de lípidos, resistencia a la insulina, y en la mayoría de los casos, limitada capacidad hepática para metabolizar nutrientes, particularmente ácidos grasos no esterificados, conocidos como NEFA por sus siglas en inglés”.

Subrayó que “en vacas recién paridas, el suministro de grasa en la dieta no tendría el efecto deseado de suprimir la movilización grasa del tejido adiposo, e incluso podría tener un efecto negativo con una sobrecarga hepática y depresión del consumo”.

Además, sostuvo que “el suministro posruminal de almidón, tampoco es una buena alternativa, porque no tiene el efecto esperado de mejorar el balance de energía en vacas en primer tercio de la lactancia”.

A diferencia de lo anterior “en vacas recién paridas, con limitada capacidad hepática y resistencia a la insulina, los precursores de glucosa vía rumen para incrementar la disponibilidad de propionato ruminal y la síntesis de glucosa hepática, sí son una alternativa posible”.

A su juicio, “la posibilidad de suministrar glucosa directamente al intestino delgado protegida de la fermentación ruminal, aparece como una alternativa más directa y efectiva para reducir los problemas mencionados”.

Al respecto, señaló que “nuevos estudios indican que el incremento de glucosa en sangre aún en vacas frescas de alta producción muy bien alimentadas, mejora el balance energético negativo, disminuyendo los NEFA, con una tendencia de reducir también los cuerpos cetónicos en sangre o BHB, y los marcadores plasmáticos de inflamación sistémica”.

Todo lo anterior, en su opinión, refuerza la importancia del suministro de glucosa bypass en las dietas de vacas lecheras en transición.

BALANCE DE AMINOÁCIDOS

Daniel Luchini, Gerente de Servicios Técnicos de Productos de Rumiantes de Adisseo, compañía internacional especializada en la producción de aditivos y soluciones nutricionales para la alimentación animal, expuso sobre el balance por aminoácidos en vacas lecheras durante el período de transición y lactancia.

Luchini se refirió en especial a la metionina y la lisina, señalando que “a pesar que la metionina es un nutriente requerido por las vacas y que el Consejo Nacional de Investigaciones de Estados Unidos en el 2001 concluyó que la metionina y la lisina son los dos aminoácidos que más influyen en la producción de las vacas lecheras, son muy pocos los que ofrecen dietas con la cantidad adecuada de aminoácidos a las vacas”.

“Tradicionalmente, estos aminoácidos se incorporan a las dietas con el objetivo de optimizar la producción de leche, pero en realidad es la vaca quien decide cómo usar estos nutrientes de acuerdo a sus requerimientos”, continuó.

Según el experto los requerimientos nutricionales dependen de factores externos como el clima, las instalaciones, la cantidad de vacas en el rodeo, entre otros; y factores metabólicos, como el peso y estado corporal, días en leche, preñez y el potencial genético, por ejemplo. “Si las dietas ofrecidas a las vacas no proveen los nutrientes requeridos, se afecta no solo la producción, sino también se perjudica la salud y la reproducción, resultando en un aprovechamiento sub-óptimo del potencial genético de la vaca”, resaltó.

Por las razones expuestas, un gran porcentaje de vacas padecen enfermedades metabólicas en el periodo post-parto, limitando la producción y afectando la reproducción. Así, debido a la baja producción, a enfermedades metabólicas y las pérdidas de preñez, los productores se ven obligados a eliminar vacas”.

A su juicio, “lo más lamentable es que debido a una alimentación sub-óptima, muchas veces son las mejores vacas las que más sufren. Es por eso que si el objetivo es tener una empresa sustentable, además de hacer un manejo adecuado del rebaño, es muy importante ofrecer a las vacas dietas que cubran sus requerimientos nutricionales para garantizar su salud y reproducción y optimizar su producción”, concluyó.

El especialista de Adisseo, añadió que “en los últimos años, resultados de investigación han comprobado que las vacas lecheras responden con más producción, mejor salud y menor pérdida embrionaria cuando las dietas incluyen los nutrientes adecuados. Un nutriente requerido, que normalmente no se considera en la formulación de las dietas, es la metionina, de ahí la importancia de incluir este aminoácido en las raciones de las vacas lecheras, especialmente en el período de transición.

EPERIENCIAS PRÁCTICAS LOCALES

Basado en datos y resultados obtenidos en predios de productores nacionales y en especial de la zona sur de Chile, el Doctor Fernando Klein, dio a conocer lo que llamó “un nuevo enfoque para el período de transición”.

A su juicio “un aspecto central en mejorar los resultados productivos y económicos es reducir la incidencia de hipocalcemia subclínica durante el período de transición”.

Según diversos estudios de Estados Unidos y Chile presentados en esta actividad “la incidencia de hipocalcemia subclínica (menos de 2,1 mmol/ L de calcio en suero sanguíneo medido un día después del parto) alcanza a un 25% de las vacas de primer parto y más de un 50% en vacas de dos o más partos”.

El especialista y asesor nacional puntualizó que “la hipocalcemia subclínica reduce el consumo de materia seca, aumenta el balance energético negativo, aumenta la inmunosupresión, la cantidad de partos distócicos, los casos de cetosis, metritis, retención de placenta, mastitis, reduce producción de leche y aumenta la tasa de eliminación”.

Para enfrentar estos problemas, dijo que “es fundamental reducir los consumos de potasio en el pre-parto, aportando forrajes que contengan bajos niveles de este mineral; esto debido a que el potasio alcaliniza la sangre reduciendo la sensibilidad a la hormona PTH, encargada de estimular la movilización de calcio de los huesos e indirectamente también de mejorar la absorción del calcio de la dieta”.

Además, indicó que “para una correcta nutrición en el período de tres semanas antes del parto es fundamental utilizar forrajes bajos en potasio (máximo 1,5 a 1,7 % de potasio) tales como ensilaje de maíz, ensilaje de triticale, trigo o cebada, heno de ballica, y/o paja de cereales. Además, complementar con sales aniónicas que sean de buena palatabilidad; ya que éstas acidifican el pH metabólico estimulando tanto la movilización como absorción de calcio, reduciendo la incidencia de hipocalcemia subclínica”.

Añadió que la efectividad de este manejo se puede corroborar midiendo el pH en la orina de las vacas, el que debe encontrarse entre 5,8 y 6,5 en vacas que han consumido al menos una semana la dieta de pre-parto. “Una acidificación mayor no es aconsejable debido a que provocará una acidosis metabólica descompensada con graves consecuencias para la salud de las vacas. Por el contrario, un pH de 7 o más indica de que no se están teniendo resultados y la incidencia de hipocalcemia subclínica es muy probable sea demasiado alta”, recalcó.

Finalmente, se refirió al objetivo del plan de manejo propuesto por Alimentos Cisternas para el período de transición. “Considerando todos los factores expuestos, hemos generado un programa que busca fortalecer el sistema inmune, reducir el stress oxidativo, mejorar la salud, producción y composición de la leche de las vacas y por ende aumentar la rentabilidad de los sistemas de producción de leche del sur de Chile”.

Agregó que “en el desarrollo de la línea de alimentos especiales se han considerado resultados de investigación independiente, lo que se ha complementado con toda la experiencia acumulada en el manejo nutricional de rebaños lecheros de la zona sur. Además, sólo se utilizan fuentes de minerales inorgánicos y orgánicos, aminoácidos, enzimas y vitaminas que tengan el aval de investigaciones serias e independientes, publicadas en revistas internacionales del más alto prestigio mundial”.

Gracias a esto resaltó que “los resultados logrados han sido extraordinarios y motivantes, reforzando mi convencimiento de que el impacto de un adecuado manejo nutricional puede mejorar en forma considerable en los resultados económicos de una explotación lechera”.

 


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