General agricultura de precisión

Publicado el 7 mayo, 2018 | por editor

Agricultura de Precisión: los desafíos que enfrenta Chile

El uso de la agricultura de precisión (AP) en el mundo crece de manera importante. Por ejemplo en Estados Unidos, un 75% de los productores utilizan algún tipo de tecnología de este tipo, pero en Chile este porcentaje es bastante menor, esto pese a que los beneficios de su uso son evidentes.

Para cambiar este escenario es que en abril pasado se desarrolló en Santiago el primer Congreso Latinoamericano de Agricultura de Precisión (CLAP), el que fue organizado por la Universidad Inacap en conjunto con la Universidad Técnica Federico Santa María y Telefónica.

El objetivo de este congreso era reunir a los investigadores, empresas, usuarios y emprendedores en Agricultura de Precisión de Latinoamérica para que compartieran sus experiencias y necesidades en el uso de tecnologías y herramientas de manejo y análisis de datos dentro del concepto amplio de AP.

La idea es convertir esta iniciativa en una actividad permanente a realizar cada dos años, en distintas sedes. Junto con lo anterior se formó las Sociedades Chilena y Latinoamericana de Agricultura de Precisión para formalizar las redes y canales de comunicación entre los diferentes actores involucrados.

¿QUÉ ES LA AP?

Andrés Honeyman, ingeniero agrónomo enólogo MSc. y académico de la Universidad Tecnológica de Chile, Inacap, precisó que sólo el 5% de los agricultores de Chile se ha atrevido a experimentar con estas herramientas, pese a que está comprobado que su uso mejora los rendimientos, la producción y tiene un impacto positivo en el medio ambiente.

En Chile las tecnologías asociadas a la agricultura de precisión han presentado una mayor aceptación por el medio frutícola y vitivinícola que es justamente el área en la que se especializa Honeyman.

En este primer Congreso el académico expuso el tema: “Estimación de la variabilidad del vigor en viñedos mediante imágenes digitales de sarmientos en receso invernal”.

Según detalla el experto este tipo de tecnología permite hacer una agricultura más exacta o precisa con buena información para tomar decisiones. La mayoría de los agricultores maneja sus huertos como una unidad relativamente homogénea, que se comporta relativamente pareja dentro de su cuartel, “pero eso no es así”, recalcá Honeyman.

“Las variedades del suelo y otras condiciones hacen que las variabilidades sean bastante más altas y hagan que las plantas por lo tanto se comporten de forma distinta. Lo que hace la agricultura de precisión es identificar dónde están esas zonas de comportamiento distinto de las plantas para manejarlas de forma distinta”, señala.

La idea de la AP es dejar de fertilizar, regar y controlar las plagas de una manera uniforme en el predio, sino que desarrollar un manejo de sitio específico, más focalizado.

“Para cada subsector o zona específica que tiene una condición dada, yo hago un manejo distinto, esto obviamente con la idea de maximizar el rendimiento y la producción y minimizar el uso de productos químicos y fertilizantes. No sólo tiene un impacto ambiental, sino que productivo”, explica el experto.

CÓMO SE BENEFICIA EL AGRO

El primer beneficio del uso de la AP es productivo. “Cuando yo logro manejar específicamente un huerto por sus condiciones particulares y logro detectar dónde hay más o menos nutrientes en el suelo o dónde hay una condición de PH distinta (por ejemplo normalmente hay condiciones de demasiado ácido que hay que corregir), puedo mejorar el rendimiento total de todas las zonas”, explica Honeyman.

Por otra parte tiene un impacto en el medio ambiente, ya que si se aplica fertilizantes o tratamientos agroquímicos de manera racional, justo lo que se necesita, impido que se contaminen las napas subterráneas con excesivo fertilizante.

“Pasa mucho en la agricultura, que uno hace un pozo y resulta que el agua tiene nitrógeno y esto por contaminación de otros agricultores que están sobrefertilizando con nitrógeno. Esto también aplica para los agroquímicos, porque yo también sólo podría aplicar tratamientos o controlar una plaga de una enfermedad sólo en las plantas que están enfermas. Por un lado se ahorra y por el otro no se contamina; es decir, tiene un impacto económico y ambiental”, recalca.

SU USO EN CHILE

No existen cifras oficiales. Por una parte hay datos que ponen a Chile en un 40% de uso de agricultura de precisión, pero que está muy radicada en el manejo de riego. Honeyman explica que en esta área hay un avance importante en el sentido de poner sensores para medir la humedad del suelo en distintas partes del huerto y así saber cuándo hay que regar y cuándo no, pero eso no es agricultura de precisión propiamente tal, porque no toma zonas homogéneas, sino que toma algunas zonas de muestra y asume que el resto del campo es más o menos igual.

Otros datos señalan que la agricultura real de precisión en Chile no llega al 5%.

“Esta cifra es más real. Ya hay empresas que están ofreciendo prospección con drones, con aviones para hacer fotografías aéreas de los huertos y hacer índices vegetacionales o hacer prospecciones de cómo está ese huerto en vigor, salud y nivel de fotosíntesis y estrés hídrico en cada punto del huerto. Eso es agricultura de precisión”, dice el experto.

¿Porqué no es tan masivo?. Muchas veces es por los costos. Se trata de tecnología relativamente cara que tiene un costo de implementación.

“Por ejemplo si yo quiero poner un GPS más un navegador satelital a un tractor me va a costar entre tres o cuatro millones y si además quiero que se maneje solo también es un costo importante”, dice Honeyman, quien recalca que ya hay empresas que prestan estos servicios y que no son caros.

“Por ejemplo si yo tengo una plantación de papas, uvas o trigo, da lo mismo, y quiero sacarle una fotografía aérea con una dron, no tengo para que comprarme el dron o la cámara, solamente contrato el servicio. Hoy las empresas cobran entre 10 mil y 25 mil pesos por hectárea. Costos más razonables de asumir”, sostiene Honeyman.

Hoy lo que se ocupa más es la dosis variable de fertilizante. Son equipos de fertilización que van aplicando distintas cantidades de fertilizantes según las zonas; lo otro más utilizado son los índices vegetacionales con drones, porque son de costos más bajos y fáciles de hacer.

Se puede detectar la aparición de plagas, por el efecto que causan en las plantas.

DESAFÍOS

Uno de los desafíos que se plateó en el primer Congreso del área fue la necesidad de capacitar gente, de tener el capital humano suficiente para implementar esta tecnología y que no sólo esté expuesta en ferias.

En este sentido, advierte Honeyman, Inacap ya incorporó dentro de su malla curricular el ramo de Agricultura de Precisión, del cual él es el profesor, y pronto dictarán un Diplomado focalizado en esta materia.

“En el Congreso los expertos no sólo de Chile se quejaban de que el problema mayor no era la falta de tecnología, sino la gente capaz de utilizar esta tecnología y luego de interpretar estos datos y transformarla en información útil. Lo primero es capital humano y en eso está trabajando de lleno Inacap”, dice el académico.

Otro punto relevante es el desarrollo de tecnología de AP que sea de acceso para pequeños agricultores y no sólo orientada para grandes extensiones de terreno.

“Para nosotros también es un desafío, porque nosotros trabajamos con pequeños agricultores y estamos viendo cómo hacemos llegar a ellos, que no tienen gran capacidad económica, los equipos, nuestros alumnos y servicios”, concluye el experto.

 


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