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Publicado el 20 julio, 2015 | por editor

Los últimos avances tecnológicos para la cosecha de berries

Los esfuerzos de la industria chilena por desarrollar tecnologías de post cosecha que permitan llegar con fruta en buena condición y calidad a mercados lejanos ha significado ajustar la ejecución de actividades de manejo agronómico que aumenten el periodo de almacenaje de la fruta, las cuales deben ser desarrollados rigurosamente en periodos de pre cosecha del cultivo.

Una forma de ordenar la ejecución de las mejores prácticas de cultivo (Best Management Practice), con mayor relevancia en la obtención de resultados positivos, tanto para el productor, como para la industria, es la metodología CropCheck, un sistema de extensión, ocupada en transferir los últimos avances tecnológicos al cultivo. Dicha herramienta de transferencia fue introducida desde Australia por Fundación Chile y ha sido exitosamente desarrollada en cultivos anuales como trigo y arroz, entre otros, experiencias han dado pie para validar el método en la producción frutícola, más específicamente en el arándano.

PLATAFORMA FRUTÍCOLA

Durante los últimos 5 años Inia Carillanca, a través de la Plataforma Frutícola, ha desarrollado tres proyectos de difusión y transferencia tecnológica, atendiendo las necesidades de más 120 productores de arándanos de La Araucanía, Los Ríos y Los Lagos. Esto partió con el Nodo de Berries, el cual se realizó un levantamiento de brechas tecnológicas del cultivo, realizando un completo programa de capacitación, que incluyó traída de expertos, seminarios internacionales y ferias de innovación.

Estas instancias permitieron conocer las necesidades de investigación y desafíos de la industria. De esta forma se ejecutó el proyecto Mejoramiento de la Productividad de Mano de Obra, realizada en conjunto con la Pontificia Universidad Católica de Chile, donde se abordaron los principales temas que limitan la productividad de mano de obra en el cultivo.

Se generaron herramientas de trabajo que permitieron mejorar el clima laboral, incrementar la velocidad de cosecha de trabajadores, mediante la incorporación de aspectos ergonométricos de la cosecha de arándanos y un acabado estudio de la productividad de los trabajadores, en función de género y edad, disponibilidad de fruta y variedades.

En la actualidad, INIA Carillanca está finalizando el proyecto “Implementación de la Metodología Cropcheck en Arándanos”, iniciativa cofinanciada por Corfo, basada en el seguimiento y monitoreo de una secuencia ordenada de manejos agronómicos claves para el óptimo desarrollo del cultivo.

PUNTOS DE CHEQUEO

Estas prácticas de manejo, también denominados “Puntos de Chequeo”, fueron previamente identificadas y descritas de acuerdo a su relevancia en el logro de los objetivos establecidos, que fundamentalmente consistió en extender el periodo de almacenamiento de la fruta en post-cosecha a partir del desarrollo de las “Mejores Prácticas de Manejo en Precosecha”, permitiendo identificar aquellos factores de manejo agronómico que limitan la calidad y condición de la fruta de arándanos.

De acuerdo a lo anterior, se realizó análisis observacional a través de recopilación de información de 26 unidades demostrativas, que involucró el seguimiento de 4 puntos de chequeo, de manejos agronómicos claves para rendimiento, calidad y condición de fruta. Mediante el uso de herramientas de análisis multivariados, el equipo de trabajo se propuso dar respuesta a los productores, de cuáles son los manejos agronómicos que más afectaron los parámetros de calidad y condición del fruto. De esta forma fueron considerados en el programa de incorporación de tecnologías o mejores prácticas de manejo para el cultivo.

Los puntos de chequeo considerados fueron regulación de carga frutal, nutrición racional, control y prevención de enfermedades, manejo del riego y gestión de cosecha, los cuales fueron entregados a los productores a través de un completo plan de capacitación. Especialistas de INIA fueron responsables de entregar las pautas de manejo, en función del avance de los estados fenológicos del cultivo y comportamiento varietal. De esta manera el programa se inicia con el primer punto de chequeo denominado regulación de carga frutal, que a partir de la poda definió el potencial productivo del huerto.

En función del potencial productivo estimado se definieron los programas específicos de nutrición, manejo de enfermedades, riego y frecuencias de cosechas. Durante el desarrollo de cada uno de los puntos de chequeo, el equipo de extensión desarrolló un continuo monitoreo de cada una de las unidades Cropcheck, realizando una lista y evaluando el grado de cumplimiento de cada una de las mejores prácticas sugeridas a cada uno de los productores participantes.

Finalmente, de las 26 unidades en estudio se procedió a recolectar un volumen de fruta que permitió realizar las evaluaciones correspondientes a cosecha, 30 días, 30 días + 2, 45 días y 45 + 2, con el objetivo de simular distintos periodos de almacenaje relacionado con la lejanía de los mercados de comercialización de este fruto.

“Sin duda entonces, las ventajas de implementación de esta metodología de transferencia tecnológica, en relación a otras usadas en arándano, es que la herramienta Cropcheck permite generar un check list con indicadores de logro de cada uno de los puntos de chequeo establecidos. Lo anterior, permite al productor evaluar en forma integrada cada una de las acciones de manejo realizadas en el predio y a su vez, identificar las reales razones del éxito o fracaso en el cultivo, estableciendo un cuadro de fortalezas y debilidades y generando un plan de mejora continua del proceso de producción de arándanos de alta calidad y condición”, dijo Abel González G. de Inia y director del proyecto.

 


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