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Publicado el 3 junio, 2019 | por editor

Viveros de Conaf producen un millón de árboles que reverdecen La Araucanía

Canelos, pitaos y araucarias aguardan en sus bandejas para el traspaso a los sombreaderos del vivero y hermosear o restaurar parques urbanos, escuelas, sedes vecinales y zonas afectadas por incendios forestales. Así es el ciclo productivo del millón de plantas anuales que genera Conaf en los viveros de Nueva Imperial y Curacautín en la región de La Araucanía.

“En nuestros viveros se producen árboles que se utilizarán en restauración ecológica, se trabaja en la reproducción de especies en peligro de conservación, se analiza el daño que afecta a las araucarias, se reproducen plantas medicinales que solicitan machis y lonkos y crecen los árboles que irán en beneficio de distintas agrupaciones de la región con la mantención y cuidados rigurosos que hacen trabajadoras del Programa de Empleo y Emergencia”, comenta el director de Conaf Araucanía, Julio Figueroa.

El director regional detalla que desde 2011 se experimentó un salto cualitativo gracias a la inversión que hizo Conaf, que permitió tecnologizar los sistemas de riego, construir invernaderos acorde a las condiciones de suelo y clima de la zona y desde hace unos meses, almacenar semillas por medio de una cámara de frío.

“Esta implementación que nos permite autogenerar las plantas necesarias para abastecer a los programas y proyectos que tienen gran impacto en la comunidad, como por ejemplo, las 8 mil plantas entregadas a la localidad de Pichipellahuén en Lumaco, o con el aporte de especies sagradas para las comunidades mapuche, como canelos y una gran variedad de árboles medicinales”, destaca Figueroa.

A su vez, Mónica González, jefa del departamento de Fomento y Desarrollo Forestal de Conaf Araucanía, enfatiza que en Nueva Imperial está el vivero de larga trayectoria, que en sus 10,3 hectáreas, produce una gran cantidad de especies nativas, ornamentales y exóticas destinadas a los programas de fomento, y en Curacautín, tenemos habilitadas 3,1 hectáreas, con el propósito de reproducir plantas nativas y de altura, que además gracias a proyectos de la Estrategia de cambio climático de la Institución, ahora cuentan con un invernadero nuevo que permite además producir plantas para los proyectos de fomento.

“Desde hace un par de años, Conaf lidera una investigación para determinar el daño foliar que presentan las Araucarias araucanas y en nuestro vivero de Curacautín tenemos un ensayo con esta especie, que aporta a la línea del proyecto en convenio con la Universidad California Davis, en el cual aplicamos diversos productos y analizamos el comportamiento de las plantas de vivero, porque percibimos que también en plantas producidas y controladas en vivero también se genera el problema”, acotó González.

 


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