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Publicado el 27 agosto, 2018 | por editor

En Angol nace Los Confines: un vino de calidad mundial con identidad local

Los Confines, Moscatel 2018 es un vino blanco de una cepa patrimonial que proviene de un antiguo viñedo de sólo 0,6 hectáreas ubicado en la comuna de Angol, al interior del CET (Centro de Estudio y Trabajo) de Gendarmería de Chile, donde los internos cumplen sus condenas a través de un programa de reinserción social basado en aprender a trabajar en labores agrícolas del predio.

Hasta el lugar, hace un año, llegaron los jóvenes empresarios Raúl Narvaez Reyes y Juan Pablo Lepín Leonelli, propietarios de la empresa Vicap (Viñas Capitán Pastene), quienes poseen viñedos en la comuna de Lumaco. Al ver la calidad de la uva se interesaron en vinificar la producción que hasta hace poco se vendía como uva de mesa en la vega de la ciudad, y así darle un valor agregado a este producto y mostrarlo desde La Araucanía al mundo.

Raúl Narvaez, ingeniero agrónomo y enólogo de la Pontificia Universidad Católica, tiene más de 17 años de experiencia en el mundo del vino, es propietario de una viña en Colchagua y hace tres años es socio de un proyecto vitivinícola en Capitán Pastene.

“Desde que comencé a viajar periódicamente a La Araucanía me he dedicado a recorrer los distintos viñedos de la Región, que no son muchos pero con un gran potencial, y cuando llegué a la viña de Angol me sorprendió ver un viñedo tan antiguo, con parras que deben ser centenarias y con una cepa atípica para el sur como la moscatel”, sostiene Narvaez.

Lo más al sur que había visto esta cepa era en el Bio Bio, por lo que le pareció un gran desafío profesional y empresarial poder vinificar esta uva y lograr un vino con altos estándares de calidad, objetivo que según la crítica especializada que ha probado el vino, se logró.

PRODUCCIÓN

Esta cosecha 2018 se vinificaron sólo 1.500 kilos de uva que dieron por resultado 990 botellas. Actualmente se está en un plan de capacitar a los internos del CET y a funcionarios de Gendarmería para aumentar la capacidad de producción de uva, asesorando desde la poda de invierno hasta la cosecha. De esta forma creen se podrá llegar fácilmente a 3.000 botellas para la añada 2019, destaca Narvaez.

Vicap, la empresa que aloja este interesante proyecto, posee una plantación de cepas tintas en Capitán Pastene, donde también esperan el próximo año obtener su primera cosecha de Syrah y sumar este tinto al portafolio que ya cuenta con este moscatel Los Confines.

“La Araucanía tiene un tremendo potencial vitivinícola y mucha gente con ganas de innovar en el rubro. Los vinos son únicos y logran un buen precio en el extranjero por provenir de climas y condiciones extremas. Lo importante es avanzar en tecnología y diseño de un producto regional con altos estándares de calidad que apunte a mercados internacionales”, recalca Narvaez.

INNOVACIÓN Y RESCATE PATRIMONIAL

El moscatel Los Confines rescata un viñedo centenario. La cepa la trajeron los españoles a Chile hace más de 500 años y se encuentra plantada principalmente desde Coquimbo al Bío Bío (en el norte la ocupan para hacer pisco). En La Araucanía si bien hubo este tipo de plantaciones, hoy debe quedar este viñedo de Angol y quizás alguno más en otro sector de la Región.

Narvaez comenta que, vinificar algo desconocido para la zona fue un gran desafío. “Sabíamos que teníamos una uva que expresaba muchos aromas interesantes y teníamos que traspasar todo eso a la botella, por lo que fue necesario estudiar la cepa, su comportamiento, el tipo de vino que hay actualmente en el comercio para de esa forma saber a qué queríamos llegar como resultado”, dice.

La filosofía de la empresa como proyecto vitivinícola siempre ha sido sacar al mercado productos de calidad. “No estábamos para ensayo y error, por lo que fue necesario mucho trabajo y dedicación para lograr este vino”, asegura.

La región destaca por la calidad de sus vinos elaborados, principalmente, con las variedades Pinot Noir, Chardonnay y Sauvignon Blanc, por lo que este Moscatel viene a abrir una nueva frontera de cepajes que además de ser per sé innovadora, es una buena alternativa de cultivo para quienes están pensando en proyectos de plantación.

El viñedo actualmente se cultiva de manera convencional, pero están trabajando para en el mediano plazo transformarse en orgánico, para de esa forma lograr que el viñedo más adelante cuente con la certificación y entregar valor agregado al producto, señala Narvaez.

RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL

La materia prima que es la uva, se compra a Gendarmería de Chile bajo una política empresarial de justo precio.

“Pagamos tres veces el valor que se transa esta uva en el promedio nacional. Además, capacitamos a la gente (internos y funcionarios) desde la poda hasta la cosecha, lo cual implica bastantes viajes al viñedo y tiempo de dedicación, por lo que nos hemos involucrado directa y personalmente en esto para sacarlo adelante”, precisa este emprendedor.

La principal motivación de este proyecto -según cuentan los socios- ha sido conocer a las personas que trabajan el viñedo y el entusiasmo que muestran por aprender un oficio agrícola que les va a servir para desenvolverse en la sociedad cuando gocen de la plena libertad.

“Para nosotros como empresa es gratificante saber que estamos siendo un aporte en este sentido y que podemos generar una alianza productiva interesante con la institución. La reinserción social es la clave para que aquellos que cumplen condena no vuelvan a delinquir y sean un aporte a la sociedad al reintegrarse a sus vidas”, destaca Juan Pablo Lepín.

Apuntan a implementar un sistema que sea amigable con el medio ambiente en el mediano plazo, por lo que están trabajando para, paulatinamente, pasar de cultivo convencional a orgánico y así poder certificarlo en unos años más.

Esto implica dar un valor agregado a este producto regional y también ampliar la entrega de información y conocimiento en las capacitaciones que dan a los internos para que conozcan las preparaciones y forma de cultivar de manera orgánica, cuestión que sin duda en el futuro les será útil en el desempeño de este oficio, ya que es lo que se proyecta para la agricultura del futuro y los mercados internacionales.

“Nuestra empresa desde un principio la concebimos apuntando a ser parte del sistema B de empresas, por lo que tener una política activa en cuanto a responsabilidad social y cuidado del medio ambiente son siempre nuestro norte”, comenta Lepín.

DE LA ARAUCANÍA AL MUNDO

Los vinos chilenos de pequeñas producciones o viñas boutique, son bastante cotizados en el mundo y se transan a mejor precio que los tradicionales. Estos emprendedores apuntan sin duda a esos mercados, ya que aún es un negocio incipiente, pero aseguran que cada vez mejor valorado. La clave – explican – está en la calidad, la historia detrás del vino y saber vender.

“Puedes tener excelentes vinos, una tremenda historia detrás pero si no le dedicas el tiempo y energía a comercializar el producto estás perdido. La comercialización en el rubro del vino es un 80% del éxito del negocio, y no es como vender cualquier producto, hay que apuntar a mercados específicos y tratar con las personas indicadas”, sostiene Narvaez, quien viene llegando de una visita comercial en Sao Paulo, Brasil.

Se mostró este vino a expertos sommelier y a empresas importadoras locales que están interesados en comprar gran parte de la cosecha 2018 de Los Confines.

“Mi visita a Brasil fue muy fructífera, tenía algunos contactos por los años que llevo en el rubro, pero además el vino gustó bastante y eso es gratificante, ya que se logró esa sinergia entre la calidad del producto y las expectativas de comercialización”, precisa el empresario.

Ya están en conversaciones con otros mercados (USA y México), para dar a conocer el producto y comenzar a proyectar el 2019 tanto para el moscatel como para el tinto que esperamos obtener, aumentando los volúmenes de producción con confianza en que existe mercado e interés y que debemos salir a vender.

“Siempre es interesante el apoyo que pueda dar ProChile para visibilizar este producto regional en el extranjero. A nosotros nos interesa que a todos los productores locales les vaya bien y que el espectro vitivinícola aumente en La Araucanía, es por ello que también estamos en conversaciones con otros productores locales para apoyarlos en base a nuestra experiencia en la comercialización de sus productos afuera, la asociatividad y la cooperación son la clave para el éxito como región y como viñateros”, destaca Narvaez.

 


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