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Publicado el 5 marzo, 2018 | por editor

Agricultores reciben asesoría para postulación a fondos de riego

Pensar en una agricultura sin riego hoy es el peor error. Las estadísticas indican que actualmente un predio en la zona sur puede llegar a tasas de crecimiento de entre 10 a 18 kilogramos de materia seca por día; mientras que con riego puede alcanzar entre 70 y 75.

Datos como estos conoció un grupo de agricultores, productores cárnicos y de leche que asistieron a una jornada de diálogo que la cooperativa Cooprinsem realizó en el Criadero Don Matías, en el sector Pichidamas, en la provincia de Osorno, Región de Los Lagos.

José Ignacio Campos, ingeniero agrónomo, asesor Zona Sur del Departamento de Riego y Purines de Cooprinsem, explicó que esta es la primera jornada del año, pues la idea es que los productores se interioricen sobre las ventajas del sistema de riego -particularmente el K-line- y las formas de financiamiento estatal que existen en la actualidad para amortiguar las altas inversiones que implica este tipo de proyectos.

“Fue una conversación entre los agricultores que están pensando en instalar un sistema de riego, otros que tengan dudas o que simplemente quieran reforzar algunos conocimientos. Además, lo hicimos en un campo para mostrar de forma empírica como funciona un producto como el sistema de riego K-line en pradera”, detalló el agrónomo.

En la ocasión se aclaró que Cooprinsem nos les dejará solos en este gran paso, pues esta empresa se encarga de entregar toda la asesoría necesaria para implementar estos proyectos en sus campos, desde la etapa inicial hasta el final.

FINANCIAMIENTO

La encargada de detallar los procesos y las formas de financiamiento estatal que existen para la implementación de sistemas de riego en el país fue la ingeniero civil industrial, especialista en Riego Tecnificado, Claudia Pizarro, de la consultora Improve. Ella detalló los alcances de la Ley 18.450, sobre fomento a la inversión privada en riego y drenaje que busca incorporar superficie de secano al riego, mejorar la disponibilidad de agua, tecnificar el riego y habilitar suelos agrícolas de mal drenaje.

Invitó a los agricultores a interiorizarse en el tema y analizar la situación de sus campos y productivas para aprovechar los recursos que el Estado otorga en este ámbito, ya que la Comisión Nacional de Riego publica entre 24 y 26 proyectos al año para postular a parte de los $46 mil millones que tiene en la actualidad en este ítem para todo el país.

Eso sí, antes de postular a cualquier tipo de fondos, explicó que lo ideal es que el agricultor primero mejore su campo, es decir, abone, fertilice, empaste, drene y como última etapa riegue, porque si su condición hoy día es de 4 a 5 toneladas de materia seca por hectárea, con el riego va a subir de 7 a 8 toneladas por hectárea, dependiendo de la condición en que esté el suelo; pero si ya hizo todos los pasos antes detallados (fertilizó, empastó y drenó) puede llegar a 10 ó 16 toneladas, ya que cada gota de agua que le ponga al campo será tremendamente eficiente, mientras más oportuno sea.

Si el campo no está en las condiciones antes señaladas no se logra recuperar la inversión, ya que al debe preocuparse de tener un pozo profundo, habilitarlo para el riego -si bien todo eso se puede bonificar- debe hacerlo una vez que tenga todo en regla (con los permisos correspondientes).

Al presentar su proyecto a la Comisión Nacional de Riego, debe armar una carpeta técnica y legar con un proyecto que se ajuste a sus necesidades, condiciones hidráulicas, económico en términos de costos y definir una estrategia de postulación, ya que mientras más bajo sea el proyecto (es decir menor costo por hectárea) mejor será la ponderación a la hora de presentar el proyecto y tendrá más oportunidades de adjudicarse los fondos.

Pizarro aclaró que la ley no obliga a invertir antes de postular, sin embargo, algunos productores construyen primero su pozo profundo y consiguen los permisos correspondientes, mientras presentan su proyecto. Entre 12 a 15 meses debe durar el plazo de postulación y resultados, considerando que ya tiene agua con los derechos correspondientes.

SISTEMA EFICIENTE

Hoy día en el sur de Chile es imprescindible, dentro de las estrategias de los negocios ligados a la producción de pasto, contar con un sistema de riego.

El riego tiene aspectos bien fundamentales, eficiencia en el uso energético, en el uso del agua y en que el sistema sea compatible con la forma de trabajo del campo.

El sistema de riego K-lines -también conocido como tazas neocelandesas- se acomoda a todas las geografías y tamaños de campos, pues no necesita derribar árboles ni cercos para instalarlos, además puede regar a un bajo costo energético una amplia cantidad de hectáreas.

Así lo constató el dueño del fundo San Matías, Víctor Hunnes, quien se dedica a la engorda de vacunos en su fundo en el sector Pichidamas. Para él contar con riego le permite prolongar la primavera y a su vez conseguir una producción más alta de cantidad de kilos de carne por hectárea.

“El 2014-2015 se ideó el proyecto. Ahora estoy regando 28 hectáreas desde fines de noviembre. Eso me permite una pradera donde puedo tener novillos de engorda”, detalló el productor que cuenta con aguas superficiales y gasta $23 mil de energía eléctrica por hectárea.

Tal como él, en la zona hay más de 7 mil hectáreas -aproximadamente- instaladas con el sistema K-line. Cooprinsem ha sido pionero en este sistema, trabajan con contacto directo con Nueva Zelanda, quienes los asesoran para llevar un buen funcionamiento de este sistema que es utilizado principalmente desde Temuco a Los Muermos.

“La idea es que este sistema sea amigable con el agricultor. A nosotros no interesa que al agricultor le vaya bien, por lo mismo el sistema de riego K-line lo recomendamos donde la base de producción sea praderas, también es espectacular para que la emergencia del cultivo sea homogénea”, concluyó Campos.

 


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