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Publicado el 25 abril, 2016 | por editor

Sandías en la zona sur: el arribo de un dulce y nuevo cultivo

De acuerdo a los datos del VII Censo Nacional Agropecuario de 2007, existen unas 6.000 hectáreas de melones y sandías en Chile. La superficie se encuentra concentrada entre la región Metropolitana y Maule. Justamente la región del Libertador Bernardo O’Higgins prácticamente posee el 50% de la superficie dedicada a este cultivo.

Paine, por clima y suelo, en la región Metropolitana es por excelencia la zona de las sandías en Chile, incluso tienen sello de origen. Sin embargo, este cultivo se ha ido extendiendo al sur. Ya en 2007 se hablaba de al menos un hectárea en La Araucanía. Hoy se suman huertos experimentales hasta Chiloé. En el sector de Apeche en la comuna de Queilen nació la primera gran sandía chilota.

El cambio climático y los avances tecnológicos han permitido que se abran nuevas alternativas frutales. Hace alrededor de 10 años se ha comenzado a suscitar este proceso. Según explicó Alexsa Guzmán, ingeniera agrónoma y magíster en Desarrollo Rural Local de la Universidad Politécnica de Madrid, de aquí a 2030 podría manifestarse en un aumento de 2°C de la temperatura

“Todo este fenómeno ha hecho que las condiciones climáticas se trasladen al sur y que, por lo tanto, cultivos como las sandías o las vides, que antes no se daban en La Araucanía, hoy sean posibles”, sostuvo Guzmán.

EN LA ARAUCANÍA

En 2014 la comuna de Pitrufquén presentó sus primeras sandías. En el sector Tres Esquinas se instaló una plantación al aire libre. Fue Sergio Bidarte, quien decidió innovar con este cultivo poco tradicional para esta zona.

La iniciativa surgió gracias al interés de Agrocomercial Río Verde de Los Ángeles por experimentar el cultivo de la variedad Santa Amelia. La ingeniera agrícola, Nieves Aravena, fue la profesional que generó este vínculo.

Aravena que en esos momentos se desempeñaba en el Programa de Desarrollo de Acción Local, Prodesal, aseveró que este proyecto partió por la constante búsqueda de nuevas alternativas a los rubros tradicionales.

“Conversando con los agricultores la mayoría nos comentaba que sus padres antiguamente cultivaban sandías y melones en las cercanías del río Toltén, por lo que no nos pareció tan descabellada la idea. Particularmente en el caso de los agricultores pilotos uno de ellos ya había probado el cultivo (bajo plástico), por lo que el desafío era cultivar al aire libre y resultó”.

El sector de Tres Esquinas cuenta con suelos de tipo trumaos, derivados de cenizas volcánicas. Se trata de suelos profundos, con altos contenidos de materia orgánica y una buena capacidad de retención de humedad, pertenecientes a la serie Pemehue (PEH).

Este sector se encuentra en el límite entre el valle central e inicios de la Pre-Cordillera por lo que el clima se ve influenciado por ambas zonas agroclimáticas. Lo que sí preocupa es el tema de las heladas.

EN VILCÚN

Hace pocos días Indap presentó una nueva experiencia piloto, pero ahora en Vilcún. Esteban Curilén, agricultor mapuche también decidió arriesgarse. Eso sí, partió hace tres años con la producción de frutillas, esto gracias al apoyo de Indap, ya que a través del Programa de Desarrollo Territorial Indígena (PDTI) se le entregaron recursos para la compra de 5 mil 300 plantas de la variedad Cristal. Así comenzó un interesante negocio.

“Partimos con frutillas, pero nuestros clientes empezaron a pedirnos más cosas. Así nació este proyectos y fuimos agregando otros cultivos al predio. Se nos ocurrió probar con sandías y melones, los cuales son solamente un ensayo por esta temporada, pero ya estamos pensando en extendernos para el próximo año”, aseguró Curilen.

Otro ejemplo en la zona es el de Ítalo Aliaga y Cecilia Hueñir, matrimonio del sector de Codinhue, comuna de Vilcún. La producción de sandías no era un trabajo tan ajeno para esta familia, ya que Italo vivió en Curicó, zona en la que se da muy bien este cultivo.

Su experiencia fue determinante a la hora de iniciar este negocio en 2011. Si bien ya tenía hortalizas y frutales menores (arándanos y frambuesas), Ítalo se atrevió con las sandías con muy buenos resultados. Con el apoyo de Indap y de la Municipalidad de Vilcún hoy sus frutos llevan la marca de “Las pioneras de Codinhue”. “Encontré que el clima era muy parecido, sobre todo por el calor. Lo único es que acá hay muchas heladas, pero de mis abuelos aprendí cómo cultivar”, contó este productor, quien afirmó que por las bajas temperaturas primero trabajo en un invernadero y luego traslada la plantita al microtunel, que implementó.

El año pasado cosecharon 700 sandías y este año cerca de mil 200, algunas de las cuales llegaron a pesar 11 kilos, y ya tienen una clientela cautiva. Hasta este mes aún tenía sandías a la venta y los precios fluctúan entre $300 a $3.000.

INDAP

Para Christian Núñez, director regional de Indap, este innovador rubro puede desarrollarse en parte gracias a la asesoría técnica que el servicio ofrece a la Agricultura Familiar Campesina (AFC).

“La asesoría técnica no es solamente el gestionar la llegada de recursos, también es el guiar y acompañar al agricultor en lo que son sus iniciativas productivas, de manera de ir logrando un desarrollo de la calidad de vida a través de la producción”, afirmó.

Recalcó que los profesionales y técnicos acompañan a los productores en todo el proceso. “Don Esteban, por ejemplo, han tenido la capacidad de observar las condiciones agroclimáticas , lo cual ha resultado en que el productor ya esté vendiendo sus sandías y esté recibiendo ingresos, eso nos tiene muy contentos”, puntualizó la autoridad.

Agregó que este emprendimiento le da un sello nuevo a la región y sobre todo a la comuna de Vilcún. “Entonces porque no pensar que en un par de años más este territorio pueda ser reconocido como el Paine del sur de Chile, donde tengamos sandías en el mercado con un valor agregado como son las manos de la AFC y asociados a programas de desarrollo territorial”, enfatizó Núñez.

CULTIVO

Según Alexsa Guzmán se espera que en la zona sur aumenten las superficies con cultivos más propios de la zona central y en esto es importante que se conjuguen aspectos como la inversión, la innovación (…), la investigación científica, prácticas agroecológicas.

En materia de agua, este cultivo requiere bastante. El 91% del peso de una sandía es agua por lo tanto sus requerimientos son altos sobre todo en el periodo de llenado de fruto. En la zona central se riega por surco, pero, por ejemplo, en Pitrufquén como la superficie es pequeña se utilizó un sistema de riego localizado.

 


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